Si quiere saber lo estresante que es la rutina de un comerciante de joyas neoyorquino que opera al filo de la ley que tiene además una relación extramarital, es ludópata y le debe mucho dinero a personas muy malas, este laureado estreno Netflix es para usted. Un impresionante Adam Sandler interpreta a Howard Ratner, el atribuladísimo protagonista de esta historia que busca desesperadamente vender una exótica piedra preciosa que supuestamente solucionará todos sus problemas, aunque en rigor lo acerca más a redefinir el concepto de “agua al cuello”. Con una creciente tensión que cuece al espectador a fuego lento (pero seguro), el relato de los hermanos Safdie (“Good times: Viviendo al límite”, 2017) parte con un afán prácticamente documental de un mundo atractivo y delirante, pero poco a poco deviene en un thriller improbable que somete a su protagonista a una presión que llega a ser difícil de ver. Con una escritura tan fina como sus actuaciones, el oficio en despliegue es innegable. Sandler desaparece casi por completo en su personaje, lo que sumado al complejo entramado de secundarios, que incluye sorprendentes intervenciones de celebridades como el cantante The Weeknd y el basquetbolista Kevin Garnett, resulta en una película de altísimo nivel que lleva al espectador por un paseo a los más oscuros recovecos de la ambición y la tenacidad, llevados al extremo del absurdo. Una (perdón) joyita.
En Netflix.