Ay, qué manera de comer. Por casi treinta mil pesos, con dos agüitas sin gas no más, eso sí, todo lo que aquí se describirá fue una verdadera ordalía de sabor árabe que no dejó espacio para nada más (de postre ni hablar). Bueno, hubo que tomar un expreso doble en otro lugar, para intentar seguir con la vida después de sentirse llenos (aunque como decían las abuelitas, “las micros van llenas, las personas quedan satisfechas”, pero en fin).
El libanazo queda donde estuvieron La mensajería en su origen, y también el Pampas, que luego migró al Patio del Sol (donde lo han hecho harto bien, ojo). Es decir, en Nueva Providencia, un poquito más arriba de Pedro de Valdivia (a la vuelta de la librería Qué Leo, donde venden tres libros por el precio de dos, ojo). Lo que aquí se factura con mucho éxito son tremendos shawarmas a la hora de almuerzo, aparte de otras tantas preparaciones a la carta, hechas con gracia y servidas con eficiencia. Como, por ejemplo, un mix de cuatro empanaditas, rellenas con carne, pollo, queso con hierbabuena (OMG) y la cuarta con acelgas. Nada de purés ni pastas, todo distinguible en sus pedacitos y sabroso, aliñado sin timidez.
Casi a la par, con una mesa que se llenó de platos, los que fueron vaciados en su totalidad (con su pequeña cuota de esfuerzo), llegaron unos “tabaquitos” de repollo y de parra ($5.500). Primera noticia de que a estos rellenitos vegetales se les mentaba así también. Nuevamente sin timidez en la sazón. Lo mismo que en un mix de carne cruda aliñada, con una porción del más conocido kubbe —con trigo y especias— y otra del enviciante kafta, que viene con cebolla, perejil y menta (plato mixto crudo, $7.990). Para no olvidarse de que también es rico cocido, una versión al horno del kubbe (también hay frito, a $5.500), y una de las más maravillosas segundas vidas del garbanzo, unos falafel ($3.990). Ojo que hay unas mayúsculas bandejas de degustación entre $12.990 y $19.990. Y también tienen hasta una versión de la chorrillana: la shawarllana (igual, si es como en su Instagram, no se ve muy lucida la cosa).
Resumiendo: si quiere llegar hasta los dulcecitos relajantes del final, pida menos (o aumente la convocatoria). En esta ocasión todo llegó sin demora, pero sin apuro tampoco. Entonces, vaya la recomendación pues. Y quede bien rellenito.
Nueva Providencia 2034, 222310426.