Un sacerdote hace lo imposible por exorcizar el demonio que está ocupando el cuerpo de una joven, pero fracasa estrepitosamente después de un aparatoso despliegue de violencia y sangre. El demonio jura venganza, y pronto la familia del sacerdote se ve envuelta en fenómenos sobrenaturales que requieren la intervención exorcista. La gracia esta vez es que el espíritu maligno va saltando de cuerpo en cuerpo, dejando a la familia a merced de antojadizos episodios de violencia sobrenatural. Con muy poco gusto y sin sentido del ritmo, la película va apilando episodios demoníacos de más o menos ingenio y sin mucha repercusión para la historia salvo el golpe de efecto. Una estructura de sustos de atracción de feria que pierde impulso muy pronto, y que por la naturaleza misma de sus propias reglas ni despega mucho ni interesa tanto. Pero harto exorcismo y fluidos, sin duda.
“Byeonshin”. Corea del Sur, 2019. 113 mins. +14. En cines.