Nina (Cristiana Capotondi) es una mujer que llega con las mejores intenciones a trabajar de mucama en un prestigioso hospicio de ancianos acaudalados. Hasta que un día es acosada sexualmente por el director del recinto (Valerio Binasco), y entra así en una indignante espiral de trauma, corrupción y abuso de poder. Y lo que pudo ser un dramón con un mensaje poderoso y contingente, se transforma rápidamente en un telefilme con buen presupuesto y decorados coloridos. Un trabajo de brocha gorda que poco sabe de sutilezas, y que se contenta con una historia de tribunales, descuidando personajes e historia, sin ahondar en ninguno de los conflictos que la misma película se dedica a plantear, como por ejemplo todo lo que (no) pasa con las colegas mucamas que también sufrieron por las acciones de este villano de caricatura. Con todo, una historia que se deja ver pese a que confunde conflictos simples con escenarios simplones, y que busca suplir su liviandad con belleza. Belleza en su elenco y las locaciones, mas no en el cine que es lo que nos importa.
“Nome di donna”. Italia, 2018. 98 min. Mayores de 14. En cines.