Hace unos años abrió en Patronato, en Antonia López de Bello, un local muy singular: Chicken Story. Se trataba de un sitio dedicado a ofrecer pollo —alitas, tutos, pechuga, contres, patas— en diversos formatos cocineriles, algunos con un intensísimo aporte del picante, como es entendible en una mano afín a lo coreano. El asunto es que eventualmente fue rebautizado como Mr Han's Chicken, conservando la misma alma, y hace poco ha abierto una filial en Providencia, específicamente en Santa Magdalena casi con Costanera. Inaugurado en estos días difíciles, hay que consignarlo, hacen un esfuerzo gigante por desarrollar bien su trabajo y mantener la cabeza fría. Y en gran medida lo logran.
Hay variedad, basada en el mismo plumífero base. Por ejemplo, unos tutitos y alas fritas, crocantes, dignas de dejar los huesitos mondos ($7.000 la media porción, que es como para un individuo). O el pollo conocido como TNT, que va con un rebozo y una salsa agridulce picante en extremo ($8.900 la media porción), con un espolvoreo loco de semillas de sésamo sobre los tutitos. Para despachar de mejor manera, se facilitan unos guantes de plástico para darse el gusto manualmente.
Hay ensalada con… pollo, obviamente, aparte de un singularísimo y sincrético pollo a la carbonara, sin olvidar un ramen coreano, el ra mion. Si la idea es una inmersión profunda en lo étnico, pruebe con una magna porción de patas de pollo picantes ($10.900). Es un gusto adquirido en algunos países de Oriente que, tras la experiencia, puede llegar a nunca adquirirse en el intento: la piel de la pata viene blandita, y los cartílagos hay que irlos dejando de lado en el proceso. El sabor es rico; en la textura está el desafío. Algo que de seguro puede ocurrir, también, al tentarse con los contres fritos (que quedarán para la otra o para nunca, quién sabe).
Menos osados son unos trozos de pechuga frita agridulce ($8.000) y sorpresivamente adictivo resultó un pollo frito cubierto con salsa blanca y cebolla cortada en aros (media porción, $8.000). Muchos de estos platos vienen acompañados de una porción de nabo agridulce, que ayuda y complementa, lo mismo que el más maravilloso jugo imaginable: de pimentón rojo prensado ($3.500).
Aparte de lo recomendable de su comida, la atención fue atenta, aunque algo confundida (un plato no llegó, hubo que aletear harto para conseguir la boleta). Considerando que se trata de un debutante en días complejos, será cosa de esperar tras el rodaje. O ir advertido no más.
Santa Magdalena 163, Providencia. 232852490.