“¿Por qué tenemos cerebro en la cabeza?” tituló su libro el Dr. Pedro Maldonado.
De zapatillas rojas, lo presentó el bioquímico Dr. Gabriel León. Aunque no supe si eran rojas las zapatillas. En su discurso, el Dr. Maldonado me convenció de que mi cerebro y la conformación de mi retina y el aprendizaje me hacen llamar “rojas” las zapatillas de Gabriel León. Incluso, diría, eran carmín.
Pero las otras 200 personas en el auditorio Sazié de la Facultad de Medicina de la U. de Chile podrían tener una configuración ocular completamente diversa a la mía; algunos podrían ser daltónicos. Entonces verían las zapatillas de ese color, por ejemplo, que yo llamo verde.
El Dr. León nos contó la historia del cerebro de Albert Einstein, que estuvo 24 años perdido porque un médico lo sustrajo para descubrir qué lo hacía tan poderoso. Cuando lo pilló un periodista, lo había dividido en 24 partes, sin sacar nada en limpio. No sabemos.
Ambos oradores, la semana pasada, coincidieron en que ignoramos alrededor del 95% de lo que ocurre en el cerebro.
De lo que sabemos, el Dr. Maldonado quiso enfocarnos en el tema de la realidad, ¿cuánta correspondencia hay entre lo que llamamos realidad y el mundo?
Y también, subrayó las diferencias que hay entre un cerebro y otro (“son como las caras” dijo). Mostró las inmensas variaciones.
“Hay que respetar al otro, cómo él o ella ven la realidad”, concluyó.
El libro muestra lo que se sabe y las falsedades sobre el cerebro. Por ejemplo, descarta el mito de que solo usamos un 10% de él.
Y está el desarrollo desde el útero hasta la vejez, y el sueño y la memoria, y la educación. Y el amamantamiento. Fascinante, invita a revisar la propia vida.
Hay una “onda” sobre el cerebro en Chile.
El Dr. Maldonado pertenece al Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica y su esfuerzo tiene que ver con la convicción de que el científico no vale, si no se comunica con la sociedad. Cuando se refirió a quienes lo apoyaron, dio gracias “a la gente de la calle, que hace las preguntas”.
Como cuando el eclipse, el cerebro convoca hoy a publicar.
Está también en librerías “De mente; el cerebro, un hueso duro de roer”, publicado por el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso, con artículos breves y punzantes.
Ambos textos me hicieron recordar “El libro de los por qué” del “Tesoro de la Juventud”, de mi juventud.
Abordan la cuestión de la droga, de las diferencias entre el cerebro masculino y femenino, y más. Se leen muy rápido. Y cada uno es como una linterna que apunta a este tejido misterioso que nos hace ser.
No paran en Medicina de la U. de Chile y en la U. de Valparaíso: el tema les viene desde siglos. Quieren describir, explicar por qué. Por qué tenemos el cerebro en la cabeza.
Pareciera tan simple sentarse a tomar un café con un amigo, mirarlo a los ojos, olvidar su cerebro. Pero ahí está. Único, distinto al mío. Y puede que él me enoje, o que me enternezca.
Leídos estos textos, logro saber más de él, de nosotros.