Recibir el diagnóstico de autismo, aunque los padres hayan tenido fundadas sospechas previas, es una de las experiencias más dolorosas y difíciles de aceptar para una familia. Un libro extraordinario de lo que significa tener un hijo autista es “Habla María. Una novela gráfica sobre el autismo”. Está escrito a dos voces: una es la del padre de la niña, que es el autor del libro, y la otra es la de María. El texto fue escrito a partir de un cómic que hicieron los padres de María Rebeca para que los vecinos del barrio pudieran comprender lo que pasaba con su hija.
El autor de este relato autobiográfico es Bernardo Fernández, BEF, impulsor de la novela gráfica en México y en América Latina. Con un prólogo ilustrado de Liniers, quien destaca lo conmovedora que resulta su lectura por su honestidad y cómo este libro puede ser un herramienta para quienes están atravesando por situaciones semejantes. El libro parte el día del nacimiento de María. “Aquel día conocí la felicidad plena”, recuerda su padre. Después de dos años en que nada hacía sospechar que María podía ser autista, los padres se dieron cuenta de que la niña no jugaba con otros niños y que lo hacía sola. Observaron también las diferencias en su capacidad para comunicarse con otros niños de su edad.
El libro describe el largo proceso del diagnóstico con profesionales, no siempre empáticos, con incluso algunos charlatanes, y la tristeza que embarga a este padre ante un diagnóstico irreversible. Sin dejar de lado la intromisión de gente de buena voluntad, pero que resulta muy hiriente con sus comentarios y opiniones desinformadas. Además entrega información a la comunidad sobre lo que es el Trastorno del Espectro Autista (TEA), que María, la protagonista, describe: “El autismo no es una enfermedad mental, sino una alteración del desarrollo neuronal sin origen identificado que afecta áreas como el lenguaje, la capacidad de socialización e interacción. Y agrega el padre: “En el TEA el cerebro está intacto pero su “cableado” tiene una configuración diferente a la de todos nosotros”. Todo ello resulta en que el mundo es percibido de manera distinta, hay una hipersensibilidad a los ruidos, gran capacidad de observar los detalles y es importante tratar todo esto con normalidad. El libro nos invita a abrir las puertas a un mundo diferente.