La tremenda Isabelle Huppert interpreta a Greta, una enigmática mujer que un día pierde su bolso en el concurrido metro neoyorquino. Su salvadora es Frances (Chloë Grace Moretz), la joven que lo encuentra y decide devolvérselo. Al ver que se trata de una mujer muy solitaria, la joven siente lástima por ella y empiezan una amistad movida por sus respectivas pérdidas. Todo bien hasta que Frances descubre en un mueble que Greta se dedica a plantar “bolsos perdidos” en todas partes, con el fin de buscar “amigas” que caigan en sus garras, movida por una soledad crónica que ha devenido en psicopatía. Con un aire a thriller noventero que de a poco va sacando sus garras, el relato es áspero y sin sutilezas, con una talentosísima actriz que da rienda suelta a una maldad pintamonos y sin matices, una villana que jamás sorprende pero que divierte justamente en su exceso. La clase de películas que se disfruta más como un hallazgo casual en un zapping que después de la peregrinación al cine, pero que así y todo tiene un buen par de momentos de tensión, cortesía de la dupla protagónica. Y aunque Neil Jordan ha dirigido películas mucho más contundentes y elegantes que esta, este relato de suspenso B es un ejercicio de lo más saludable.
“Greta”. 2018. EE.UU., Irlanda. 98 minutos, mayores de 14.