Ciento setenta proyectos de investigación europeos recibirán, cada uno, el equivalente a $ 78 millones. Aplicarán tecnologías astronómicas a otros rubros. Financia el Observatorio astronómico austral. No hay chilenos.
Recorrer la lista (http://bit.ly/170proastro) es como escuchar a nietos alimentados por la ciencia ficción.
Aquí van cuatro ganadores.
Uno: el Laboratorio Europeo de Espectroscopía no Lineal, de Italia, combinará la adquisición veloz de imágenes y la optogenética. Esperan comprender enfermedades neurológicas y desarrollar nuevas terapias.
Con la optogenética los neurólogos detectan las neuronas responsables de una conducta. Hasta ahora, no la han podido aplicar a procesos rápidos, como reaccionar al asalto de un gato. En Italia idearán una especie de cámara lenta que muestre las neuronas en acción con procesos musculares rápidos.
Dos: en Holanda, Vitestro y Resultlaboratorium diseñarán un robot que saque sangre venosa pinchando sin equivocarse. Aplicarán técnicas de ubicación robótica para detectar en 3D, mediante ultrasonido, las arterias, los nervios, y así evitarlos. La innovación abre camino a robotizar la anestesia local, la alimentación intravenosa y otros procesos. Gracias a la astronomía.
Tres: la Universidad de Malta usará el sincrotrón europeo, ubicado en su territorio. (Un sincrotrón es un acelerador de partículas que siguen una órbita cerrada).
Con el sincrotrón irradian objetos arqueológicos, como restos egipcios. Las precisas imágenes resultantes permiten distinguir entre textiles, tejido orgánico, resinas para embalsamar, huesos, cerámica. Con algoritmos astronómicos acelerarán el proceso. Lograrán resultados en objetos voluminosos en mucho menor tiempo.
Cuatro: para monitorear los sismos más finos, en Holanda construirán sensores que percibirán los mínimos movimientos terrestres. Los necesitarán para transmitir la información a los espejos del telescopio Einstein, que entrará en funciones antes del 2030. Así, los espejos compensarán sus lecturas del cielo según los ínfimos sismos.
El Einstein generará imágenes del universo a partir de ondas gravitacionales y requiere aumentar por 10 la actual sensibilidad de los interferómetros. Su ubicación se definirá entre el 2020 y el 2021, y Chile es un candidato. Los sensores, de bajo costo, tendrán aplicaciones en la industria de la geotermia.
El director de astronomía de Conicyt, Luis Chavarría, comentó que el recién lanzado proyecto del Data Center chileno comenzará albergando big data de la astronomía. Pero, dijo, se vislumbra como una plaza para el intercambio de técnicas astronómicas con otros campos como la biología, la agronomía, y mucho más.
Generaremos expertos en big data, el futuro, que sabrán aplicar las herramientas de análisis a volúmenes de datos tan cuantiosos como los astros del universo. Por ejemplo, aplicarlas al proceso de formación de los tumores, cosa que, por lo demás, ya se está haciendo. Gracias a la astronomía.