Un “dramedy” como hace tiempo no se veían: la comedia es fina y eficiente; el drama, conmovedor y profundo. Cuenta la historia de Jen, una mujer (Christina Applegate) que acaba de enviudar por culpa de un accidente automovilístico. Judy (Linda Cardellini) es la improbable nueva amiga que la ayudará a salir del pantano del duelo. Con un sabroso ingrediente de thriller que es mejor no adelantar, la serie se centra en la amistad de dos mujeres con visiones muy distintas del mundo que deben enfrentar las mismas crueldades que sus mundos le ponen enfrente. Con una escritura compleja y giros vertiginosos que obligan al espectador a darle “play” al capítulo siguiente, la serie de a poco se va levantando como una muy humana declaración de principios, donde el humor negro y la espiritualidad son la principal defensa contra aquellos secretos que no hacen más que dorarnos las almas a fuego lento, y que sazonan la vida con una oscuridad que, para bien o para mal, es imposible de manejar en soledad. Y aunque la mesa queda impecablemente servida para la inminente segunda temporada, estos 10 capítulos de rapidísima combustión son un placer gracias al entrañable dúo protagónico, que consigue hacer muchísimo con muy poco. Imperdible.
“Dead to me”. EE.UU., 2019. 10 capítulos disponibles en Netflix.