Es un hecho: los platos chinos más requeridos en el petitorio chileno son los protagonizados por entes con ojos. Costillar cantonés, carne mongoliana, pollo con piña. O esa mota de proteína que viene en los wantanes y en los arrollados primavera (en una primavera donde solo crecen repollos). El tema es que para días de guardar —como los que corren— aparece una faceta vegetal de esta cuasi infinita culinaria. Una más compleja que el chop suey sin alguna carne. Y, para experimentarla, un buen lugar es el China Village de calle Consistorial, explorando un acápite de su carta 100% no animal.
Para partir, unos palitos de pepino fríos, montados tipo Lego, con un toque de aceite de sésamo ($3.000). Luego, igual de poco intervenidos con poca salsa, unos arbolitos de brócoli salteados ($4.900) de un verde apetitoso.
Como la idea era hacer una inmersión profunda en el mundo vegetal, llegaron también unas algas salteadas ($5.000), no gomosas y bien sabrosas. Y un tofu salteado abundante ($6.500), con champiñones, jengibre y su algo de alga también.
Bien en sus tiempos —se pidió que fueran trayendo apenas salieran los platos, y así fue, en menos de quince minutos—, lo último en llegar fue un hit: berenjenas flambeadas ($6.500), las que vienen bien prendidas y envueltas en papel aluminio. Hay una variante con pollo también, pero la verdad es que probarlas así, sin amargores y con una intensa cooperación del jengibre, es una experiencia casi mística.
Para terminar —porque cuando el desafío es más sanito, se puede—, una crème brûlée ($3.400) bien caramelizada, y un trozo XL de torta de merengue lúcuma ($3.200), acompañados de una tetera de té de jazmín ($2.000).
Hay que consignar que para otro día, el 26 de este mes, servirán una joya de su corona en este lugar: será día del caldero mongol, con ollas de caldo hirviendo en el centro de la mesa, en las que se van cocinando —estilo fondue— trozos de carne, pollo, pescados y mariscos, con salsas y demases (al final hay que echar tallarines de arroz a la olla). Para quienes no lo han probado, se les advierte que el hotpot (o caldero mongol) es parte ineludible del canon gastronómico oriental. Por eso el aviso.
Consistorial 5370, Peñalolén. 2 2887 8380.