Aparentemente, es una película irresistible: Woody Harrelson y Kevin Costner interpretan a dos alguaciles retirados que vuelven con la urgente labor de encontrar a un par de criminales que recorren Estados Unidos dejando una estela de policías muertos y de fans, ni más ni menos que los célebres Bonnie y Clyde. Decepcionante resulta entonces que tanta promesa se quede en eso, con personajes que buscan evocar profundidad mirando al vacío y/o monologando, una banda sonora que subraya emociones inexistentes y una “cacería” con tan poca tensión que uno lamenta estar con los “buenos”. Y aunque Costner y Harrelson están tan bien como siempre, dos horas diez de película es demasiado para sostener sobre sus hombros.
En Netflix.