"IR A LOS MOLES" REEMPLAZA HOY AL "IR A LAS PLAZAS". A los "moles" mucha gente no va a comprar, sino a vitrinear, o sea, a perder el tiempo. Y los restauradores forman cardúmenes para atender las necesidades nutricionales de los peripatéticos.
En uno de ellos inventaron una especie de patio gourmet , por lo que, inocentes que somos, nos apersonamos para catar fino. Visitamos un lugar que bien podría ser el inicio del fin para las "susherías" japonesas existentes por doquier: se trata de un local de fastfood vietnamita. Y la verdad es que en Vietnam tienen su equivalente del sushi japonés, es decir, algo que se come en la calle, de paso: el nem , que se da también, con algunas variaciones, en otros países del Sudeste Asiático.
El nem es una especie de rollo primavera, frito (los chinos han ejercido históricamente gran influencia en toda esa región), con diversos rellenos, que se come envuelto en hoja de lechuga con un ramito de menta fresca: bien hecho, el nem es una delicia de textura y frescor. Y los que comimos en este lugar del Parque Arauco estuvieron bastante católicos (o, más adecuadamente, bastante budistas). De hecho, fue lo mejor en esta cata (alrededor de $1.600 cada nem , según los rellenos).
Uno de los fondos occidentalizados (hay cuatro o cinco), en cambio, fue un desastre: el lomo champiñón ( boxaonam ): en sobreabundante salsa, unas rebanaditas de carne y muchas de champiñones, con un molde de arroz jazmín. Veamos: la carne no la pudimos comer porque la salsa estaba salada a más no poder, y el arroz no era más que un puré de arroz deshecho, de muy desagradable textura. Ahí quedó el boxaonam ($7.900), y se mandó recado a la cocina de rebajar el nivel de sal. Respuesta: que la salsa soya tal o cual era así o asá. Da lo mismo: salsa soya o no, no es para humanos ese nivel de salinidad.
Nos sacamos los balazos con unas costillitas de chancho en salsa agridulce ($9.900), recurso socorrido por aquellos pagos. Buenas: bien carnudas las costillitas, no demasiado dulces. Así que nos animamos con un padviet de camarón ($9.900), fideos de arroz con camarones, salsita dulzona, maní molido, en fin, todo lo que debe tener un plato como este. Pero apenas daba una idea de lo que es un verdadero pad de calidad.
Hay solo dos postres: un arroz vietnamita en leche de coco y un "fondant de chocolate" ($3.900). Y un sándwich vietnamita en baguette. Platos de cartón, cuchillos y demás cubiertos, de madera delgada, todo muy orgánico y desechable. El lugar está en buena vecindad (la Barra Chalaca está al lado); esperamos que esta influya positivamente. Atención correcta. No hay vino ni cerveza.
¡Dedíquense a los nem s ! ¡Inventen otros! ¡"Nikkeícenlos"! Les podría ir muy bien.
Parque Arauco 3er piso, Patio Gourmet, local 452.