Ignacio Valente -seudónimo del presbítero José Miguel Ibáñez Langlois- es uno de los críticos más influyentes de la historia de la literatura chilena, ejerciendo su oficio de manera constante en la segunda mitad del XX. Su opinión semanal era esperada con interés por lectores y autores que, no pocas veces a contrapelo, reconocían en sus textos un juicio sólido imposible de ser desatendido y ante el cual no cabía la indiferencia, porque Valente rehuía las medias tintas y establecía sin ambages una jerarquía de méritos literarios con firme coherencia a partir de supuestos y visiones teóricos transparentes y previamente señalados.
El trabajo crítico de Valente, que continuó de modo más esporádico durante este siglo, se fue convirtiendo, sin embargo, en un referente impreciso, ignorado y, no pocas veces, distorsionado a raíz del carácter efímero de las publicaciones periodísticas y a un halo turbio de prejuicios tejidos en torno a su obra y figura. Es por ello que Crítica escogida viene a llenar un vacío importante en nuestra historia cultural, permitiendo revisitar el núcleo central de este ejercicio largamente cultivado.
La antología -reúne unas 80 críticas de un total de más de mil trescientos textos- es una cuidadosa selección, ordenada de modo tal que permite al lector perfilar una figura del crítico Ignacio Valente, aquilatando las razones de su prevalencia en la opinión literaria de la época y, a la vez, sirve de lúcida aproximación a la literatura en general y, sobre todo, a la literatura chilena y americana del siglo XX.
La selección no sigue un orden cronológico sino una progresión argumentativa. Así, en la primera parte se incorporan algunos textos que Valente dedicó a reflexionar sobre la crítica misma, la función social del crítico y las peripecias concretas de este oficio, los presupuestos teóricos de su labor de discernimiento y la toma de posición acerca de aspectos polémicos de la teoría literaria contemporánea. Esta primera parte, escrita con limpidez, precisión y filo, es decisiva a la hora de juzgar si las elaboración crítica que se despliega en la segunda y tercera parte cumple con el estándar de unidad y coherencia que el mismo Valente en un escrito introductorio -Nota del autor- fija como uno de los criterios para la valoración de este libro.
La segunda parte -unas veintitantas críticas- agrupa textos en que Valente comenta obras de narrativa: algunos clásicos como Cervantes o Dostoiewski, los grandes narradores de la literatura universal del siglo XX -Proust, Kafka, las cumbres del género maravilloso- y algunos narradores americanos y chilenos. Valente aquí pone en práctica los presupuestos teóricos que definió en la primera parte y manifiesta uno de los sellos más poderosos de su crítica: jerarquizar. Sea en el ámbito de la narrativa universal, o del género de lo maravilloso, de la narrativa americana o chilena, incluso en el interior de la obra de un mismo autor, el crítico no trepida en ir estableciendo un orden que va de lo mediocre o débil a lo bueno, lo grande y a las cimas, si las hay.
La tercera parte -el grueso de la antología- está dedicada a la poesía -cerca de 50 textos-, preferencia que él mismo explicita: de un lado, una afinidad personal; del otro, la convicción, sobre todo tratándose la literatura chilena, de la superioridad de la poesía sobre la narrativa. Esta es una valoración principal subrayada por la estructura de la antología y por la declaración específica: Valente es un entusiasta de la excepcional riqueza, variedad y potencia de la poesía nacional del siglo XX.
En una progresión que parte de lo universal, sigue con lo americano y termina con lo chileno, el resultado no puede sino calificarse de macizo, consistente y substantivo. Hay en esta antología -mas allá de las discrepancias posibles en el ámbito literario- el despliegue de un ejercicio crítico que durante décadas estuvo guiado por las mismas visiones y principios acerca de la poesía, expuestos con singular claridad y coraje, sin temores reverenciales, y aplicados en cada caso con una mezcla sobresaliente de sensibilidad y capacidad analítica, sin que inteligencia y pasión, análisis y gusto se tensionen, sino, al contrario, converjan de modo armonioso.
Los textos de la antología revelan un inusual talento para la comprensión completa de la obra de un poeta, la intuición de sus rasgos esenciales, la exposición razonada de los mismos, la iluminación de un poema en particular. Valente logra, de este modo, en una suerte de "critica poética comparada", proponer un sistema donde aparecen con nitidez lo meritos relativos de los poetas dentro de la constelación general de la poesía, sus diferencias y afinidades, los puntos más altos y bajos de cada cual, situando, con una lógica tan elegante como implacable, en una de las cimas de ese sistema -la de la poesía contemporánea en idioma castellano- a Nicanor Parra.