Olvídese de "Sabrina, la bruja adolescente", la
sitcom noventera protagonizada por Melissa Joan Hart. Esta nueva serie sigue los pasos de "Riverdale", y hace con la joven bruja lo mismo que hicieron con Archie y compañía: Una historia más adulta con problemáticas reales y dramas peliagudos, sin rastro de ironía o cinismo. Kiernan Shipka (Sally Draper en "MadMen") interpreta a la susodicha bruja, y la historia parte justo cuando está a punto de recibir su "bautizo oscuro", lo que significa que deberá renunciar completamente al mundo humano. Pero sus dudas, y una historia pasada desconocida que sus tías parecen ocultarle, la hacen blanco de otras brujas malintencionadas, demonios y encantamientos. Sin hacerle asco al satanismo, el terror y una comedia que no tranza con su realismo, la serie se deja ver con mucha facilidad y propone un universo rico en mitología, lleno de reglas fascinantes que beben del folclor y de un desfile de personajes únicos, conjurados en torno a una joven virtuosa que simplemente quiere hacer lo correcto. Con actuaciones sorprendentes (sobresalientes las tías Lucy Davies y Miranda Otto) y mucho giro sorpresivo (ojo con el capítulo del demonio de los sueños), la serie tiende más a lo episódico que al gran arco, pero así y todo se trata de una muy buena fantasía disfrazada de drama adolescente. Y, muy acorde a su protagonista, tiene lo mejor de los dos mundos.
"Chilling adventures of Sabrina". Disponible en Netflix.