El restorán Sottovoce, ubicado en CasaCostanera, especie de muy elegante strip center -dicho sea con perdón...- de Vitacura (hay que ver las lujosas marcas extranjeras que ahí expenden...) es la extensión en Santiago de otro del mismo nombre en Buenos Aires, donde goza de gran reputación. Y en Santiago sin duda la va a tener también, porque lo que conocimos fue realmente muy bueno. Algo caro, pero ¡qué se le va a hacer! Es sabido que, al cabo, "lo barato cuesta caro", por lo que más vale pagar caro por lo bueno que barato por lo malo.
Nos aposentamos en una terraza abierta pero cubierta, al calor de unas grandes estufas: el ruido, adentro, nos dijeron, es considerable por la cantidad de gente (dato al pasar: si quiere ir un fin de semana, reserve con dos días de anticipación). La atención, rápida y eficiente, con algún detalle muy menor que mejorar. Buenos manteles, servilletas de género: o sea, adecuado equipamiento, sin frunces ni repulgos.
La carta lleva una clara impronta italiana, lo que es un desafío para este establecimiento, puesto que en Santiago hay muy buenos restoranes italianos. Y la calidad de los productos, excelente: lo pudimos comprobar con una entrada de antipasto titulada Plato de mortadela al pistacho ($12.000), que nos ofrecieron componer añadiendo, a partes iguales, un riquísimo prosciutto de Parma (igual que la mortadela), y que, en verdad, alcanza para dos personas sobradamente. Acompañado con los excelentes panes que se ofrece (comenzando por un magnífico croissant sin forma de), es un plato estupendo. Y la otra entrada fue una muy bien hecha berenjena gratinada al parmesano ($12.000) con algo de tomate y una "sospecha" de ajo, como para tantear al público vitacurense que, al parecer, se ha civilizado bastante últimamente y no se soponcia con el aroma de la "sagrada hierba".
El Saltimbocca a la romana ($17.800), contra lo que hemos visto en la Ciudad Eterna, fue presentado con las escalopas dobladas, dejando entremedio las hojas de salvia (echamos de menos el prosciutto). Pero estaban muy blanditas, con una gran cantidad de salsa (hecha con mantequilla y Marsala u otro vino dulce), cosa que no suele darse en la parca Italia, acompañadas de una riquísima Crostata di patate, hecha a la perfección. Y el pescado del día que pedimos también ($16.800) fue, en este caso, un buen trozo de salmón cocido "a la chilena", o sea, un poquito más que lo que suele ser el caso en otros países; pero estaba jugoso. Venía montado sobre hortalizas al grill que, para nuestro gusto, eran más un guiso de hortalizas que productos grillados pero que, en su estilo, estuvieron también muy bien.
Muy bueno el tiramisú ($5.500), poco dulce, como debe ser, y un semifreddo Sottovoce con almendrado, o sea, praliné ($6.900).
Resumen: un almuerzo impecable. Impecabilidad que esperamos se mantenga largamente.
Nueva Costanera 3900, local 140, Vitacura.