Lo que los niños creen acerca de su potencial de crecimiento y de lo que pueden lograr no es algo trivial, sino que constituye un factor decisivo en la formación de su personalidad. Sus creencias sobre sí mismos determinan en gran medida su actitud frente a la realidad, su capacidad de esforzarse y de perseverar en sus metas, su percepción del futuro y su capacidad para sobrellevar adversidades.
Veamos dos ejemplos. Mariana, una adolescente de quince años, estaba muy triste porque, según ella, no sabía bailar y lo pasaba pésimo en las fiestas. Cuando su mamá le sugirió que tomara unas clases las rechazó de plano, argumentando que era tiempo y plata perdida. "Soy pésima y no hay nada que hacer", concluyó. Diferente fue la reacción de Alma, quien, frente a una dificultad similar, aceptó el ofrecimiento de su madre y logró un dominio del baile que le permitió disfrutar de las fiestas.
Las creencias que las personas tienen acerca de sí mismas ejercen una poderosa influencia sobre sus acciones. Los niños y los adolescentes no son la excepción. Carol Dweck, notable psicóloga e investigadora americana, autora del libro "Mindset: La actitud del éxito", describe dos tipos de mentalidades que son determinantes en la actitud de las personas para aprender y superar las adversidades: la mentalidad de crecimiento y la mentalidad fija.
Esta psicóloga enfatiza la importancia de favorecer la formación de una mentalidad de crecimiento, que cree que las cualidades no son fijas, sino que pueden desarrollarse. Las personas con esta mentalidad sienten pasión por los desafíos, buscan superarse y, cuando enfrentan dificultades, tienen mayor resistencia ante los obstáculos. Para ellos incluso un fracaso puede ser un incentivo.
Por el contrario, quienes tienen mentalidad fija tienden a pensar que las cualidades son algo innato, que no puede ser cambiado, por lo que se paralizan frente a las dificultades.
Educar a los niños con mentalidad de crecimiento los prepara mejor para la vida, ya que se transforman en personas dispuestas a aprender y a buscar nuevos caminos. Esto es una ventaja en un mundo cambiante que cada día nos propone nuevos desafíos.