Que los niños necesitan moverse es un dato indiscutible, y cuando nos olvidamos de ello interferimos severamente en su desarrollo y en su bienestar emocional. Estar largas horas sentados frente a un escritorio escuchando a un profesor no solo resulta poco motivante, sino que disminuye su capacidad de concentración y aumenta los problemas de conducta. Moverse es clave para un crecimiento saludable y para el desarrollo psicomotor, intelectual y afectivo de los niños. Los padres y profesores espontáneamente enseñan a los niños pequeños a través de canciones usando el cuerpo, les permiten moverse libremente y les organizan juegos cooperativos. Todos recordamos canciones en que se utilizan los dedos para contar, o que identifican las distintas partes del cuerpo. Al moverse, los preescolares desarrollan su capacidad de pensar y de explorar el ambiente. La utilización del cuerpo ayuda al aprendizaje, pero también tiene en sí misma un valor para el desarrollo psicomotor. Al hacer ejercicio se secretan endorfinas, que favorecen la sensación de bienestar.
El académico francés Oliver Ouiller plantea que el cuerpo está subutilizado como herramienta en educación. Se ha demostrado que las personas retienen y memorizan mejor cuando utilizan el cuerpo durante el proceso de aprender. Por ejemplo, para comprender los conceptos geométricos se puede trabajar a través del desplazamiento de un lado a otro. En la década de los ochenta, Mabel Condemarín y Mariana Chadwick publicaron el silabario "Dame la mano", un método gestual para el aprendizaje de la lectura en que cada letra se asocia a un gesto.
Cuando el niño haga sus tareas recuerde darle un recreo breve cada treinta minutos. Según la edad, busque algo que lo motive y que le permita moverse: que se estire, que corra, que con una pelota dé bote, meta un gol, emboque en un arco de básquetbol o lo que él prefiera hacer. Verá cómo mejoran su ánimo y su concentración.
Algo similar debería hacerse en las salas de clases: recordar que los niños necesitan moverse. Tener a los niños y adolescentes entretenidos en los recreos, a través del movimiento, es beneficioso para la salud y disminuye el acoso escolar.
No debemos olvidar que el movimiento estimula la conexión cuerpo-mente, ayudando a poner las ideas en acción.