Recordará Usía que en "Don Giovanni", de Mozart, hay una escena en que, ante la envolvente y confusa verba del "héroe" y no entendiendo nada, los personajes se preguntan: "¿A quién se creerá?". Nos pasó que, movidos por la propaganda en internet (este es el link: https://iconchile.com/restaurantes/bazaarrestaurante-bar/) nos fuimos al restaurante Bazzar del Hotel Icon, que se presenta como "inspirado en una gastronomía Medio OrienteMediterránea", encantados por la mención de "hummus, hojas de parra" y pensando que la refinada cocina árabe y otras afines merecen más atención en Santiago. Decepción. En la carta no hay nada de hojas de parra y otras delicatessen de esa cultura.
En fin, nos quedamos. Y probamos una cocina desconcertantemente dispareja, aunque el servicio de la misma fue excelente y muy amable. Comenzamos por dos platos de calidad: un ceviche de salmón ($8.200) muy bien hecho, según un estilo chileno, que ya se ha consolidado y que tiene igual derecho que el peruano al estrellato: apenas picante, con palta, cebolla morada y granos de choclo peruano. Irreprochable. Y catamos también otro plato que está instalándose, con justicia, en nuestro repertorio nacional, la sopa ramen ($4.900). Creemos que lo esencial en ella es la calidad del caldo, que en este caso, purismos aparte, nos pareció sumamente agradable. Solo que aquí se trató de una ramen de pollo, que nunca antes habíamos probado. Bien por la innovación y la "nikkeización" a la chilena: aunque la carne de chancho frita o asada resulta deliciosa en esta sopa, la chilenidad no se aviene todavía con ponerla en un caldo; en cambio, sí aprecia una cazuela de ave. Y esta ramen fue eso: una especie de cazuela de ave nikkei. Gran punto a favor. Pero algunos puntos en contra: cuenco demasiado chico, demasiados tallarines para ese tamaño, pocas verduritas. Y eso que nos dejaron al lado, cosa muy bien pensada, una tetera con más de ese rico caldo, por si faltaba. Ojalá se "nikkeizaran" otros platos chilenos...
Lo que vino después fue decepcionante. Un cassoulet de cordero ($11.500; nombrado como "cassoulette") sepultado por un cerro de pan rallado "al natural", que se intentó dorar un poco por encima con un soplete de cocina. Obviamente, el plato fue hecho por alguien que nunca ha comido un verdadero cassoulet francés. Desembarazamos el plato del pan rallado todo lo que pudimos, y lo que había debajo no estaba del todo mal. Pero... En cuanto a los agnolotti con salsa "carbonara" (sic), es decir, una crema con tocino, estaban semicrudos; no al dente: semicrudos. Postres: una tarta de manzanas caramelizadas, poco caramelizadas y poco tarta (sin buena base de masa). Y una marquise de tres chocolates, aceptable.
La cocción de la pasta fue un error de buena voluntad (por no recocerla); pero el cassoulet... Por favor, no ofrezcan nada que no sea conocido de primera mano por el cocinero.
Hotel Icon. Alonso de Córdova 6050, Vitacura.