Mucho se ha escrito acerca de los inevitables conflictos y peleas entre hermanos, de sus celos y de cómo podría afectar el orden de nacimiento en la formación de la personalidad. Sin embargo, se ha puesto menos énfasis en el gran aporte que los hermanos significan para el desarrollo socioemocional.
La sensación de intimidad y pertenencia que da una infancia compartida es un gran aporte para el desarrollo socioemocional. En esta relación se aprende a compartir espacios, a resolver conflictos, a perdonar, a reconciliarse y a cuidar de otros. Por muy enojada que se encuentre una pareja de hermanos, si uno se cae el otro irá a recogerlo. Una parte importante de la construcción de la narrativa de uno mismo proviene de la interacción entre los hermanos.
En la excelente novela de Patricia Cerda "Violeta y Nicanor", se relata con gran agudeza las relaciones familiares y cómo contribuyen a configurar la identidad de sus integrantes. En ella, la autora describe un diálogo entre Nicanor y Violeta, ya adultos, que da cuenta de la fuerza del vínculo entre los hermanos:
Nicanor: "En materia de melodías te veo muy talentosa. Escucho tonos bastante originales".
Violeta: "Ha salido sólo".
Nicanor: "Estos aciertos son siempre productos de un trabajo interior considerable".
Violeta: "Fíjate que en mis andanzas hay días en los que aprendo más sobre mí misma que sobre folklore. Son días que yo definiría felices".
Nicanor: "Efectivamente, yo también te veo más segura de ti misma. Como si hubieses encontrado tu destino. Por fin se está mostrando la verdadera Violeta. Has cesado de subestimarte. Importante eso, hermana".
Este es un diálogo fortalecedor de Nicanor, que asume como hermano mayor un rol protector de hijos de una familia numerosa y de escasos recursos económicos, con un padre que muere tempranamente.
El rol de los padres en la construcción de lazos sólidos y nutritivos entre los hermanos es muy significativo. La justicia en la relación, evitando preferencias y comparaciones, es un ingrediente esencial. Un elemento no menor lo juega la asignación de roles, que a veces sin querer puede producir una repartición muy desigual. El proveer de espacios y experiencias positivas entre los hermanos, sin la presencia de los padres, puede jugar un papel muy favorecedor en la fuerza de los lazos afectivos de los hermanos.