Es agradable cosa encontrarse, en un medio tan enrarecido ("sofistificado" dicen los que ignoran qué es la sofística) como el santiaguino, con una "galletería". El nombre suena a antiguo, como "bombonería", y crea expectativas. Pero en este caso, lo que menos encuentra uno es una gran variedad de galletas (hay más en cualquier supermercado...). ¿Es que el "segmento galletero" del mercado ha perdido atractivo para estos reposteros?
Laura R hace todavía unas famosas galletas delgadas y crujientes, muy ricas. Fuera de ellas encontramos solo tres tipos más: unas perfumadas con naranja, otras de miel y otras simplecitas (digamos, "de mantequilla"). Las tres muy insípidas. Muy.
En cambio, el rubro tortas ha crecido y desplazado totalmente al de las galletas. Es muy conocida la torta de tres leches de Laura R. Pero lo más interesante -y creativo, para los que disfrutan con la creatividad culinaria- es una torta, muy novedosa en nuestro medio, hecha con capas de merengue, de buena calidad, rellena con manjar blanco, crema chantilly y con almendras fileteadas: qué gran idea temperar la agresividad del manjar blanco con chantilly y "amenizar" la blandura de los contenidos con almendras. Esta torta hace, por sí sola, que valga la pena visitar esta "galletería".
Probamos un par de tortas más. Una que es un buen ejemplo de la torta de Curicó, denominación que le vendría muy bien: buena hojarasca y manjar blanco, blandita. Y otra, bien parecida a la anterior, pero coronada con una gruesa capa de betún artísticamente presentada. Buenas ambas. La segunda, para personas con "diente dulce", como dicen los ingleses, o sea, capaces de soportar cualquier exceso de azúcar.
La oferta se completa con algunos dulces chilenos, de los cuales nos parecieron buenos los dos o tres tipos disponibles, aunque no son de buena calidad los merengues (cosa difícil de lograr, un buen merengue: estos nos parecieron un poco duros, excesivamente dulces, sin esa pequeña dosis de latigudez que se espera de un buen merengue chileno). Advertencia: las lanchitas son solo un mínimo soporte de masa para muchísimo betún. Buenos alfajorcitos cubiertos con chocolate (influencia trasandina). Hay bandejas con muestras en chico de las variedades de dulces (como dulcecitos para cóctel).
Se ofrece también algunos cheesecakes (catamos uno bien católico de frutos rojos) y un pie de limón (un "lemonfoot", como lo llamaba cierto restorán para que entendieran los gringos) notablemente bueno, con su relleno de intenso sabor cítrico, a diferencia de esos pies desmayados que son la regla general en este país, ignorante del manejo de cítricos en repostería.
Una noticia que alegrará a los senescentes y entristecerá a los diabéticos: hay aquí excelentes gomitas de fruta, a la antigua, y unos aceptables camotillos que, a nosotros, nos tocaron un poco más antiguos que lo ideal (o sea, ya un poco secos).
Animaríamos a Laura R a que amplíe la oferta de galletas. ¿No es lo suyo?
Av. Vitacura 3414, Vitacura / Av. Manuel Montt 747, Providencia.