A veces está todo para ser un buen lugar, pero falta un ajuste. Y se nota. Bien ubicado en Providencia, donde antes estuvo El Jardín de Epicuro y luego Luco, la sanguchería Pipiolo lleva unos meses abierta, pero a ratos no se nota. La atención, con poco personal para tantas mesas, pecó en esta ocasión de dislexia (una limonada que no llegó, una cerveza que no se había pedido, los cafés desfasados, vueltas a preguntar por el pedido, en fin), y los tiempos fueron lentos para ser un lugar de sándwiches: media hora. Entonces, tras ver una carta atractiva en su propuesta, la grata primera impresión se vio opacada por la mera realidad.
Aquí se apuesta por combinaciones atractivas entre panes. Y por contar con cervezas artesanales de calidad, hartas en formato schop. Esa es la combinación ganadora. Y el sabor, tanto en lo líquido como en lo sólido, no defrauda. Pero hay una situación que debe cambiar urgentemente, aparte de los tiempos: la frescura del pan.
¿Cómo se caen en eso, si es el alma del asunto? El pan debe ser fresco fresco.
Por fortuna, se puede mejorar el ítem. Por favor.
Entonces, de lo probado: el Revolucionario ($7.750), con carne mechada, cebolla caramelizada, queso mantecoso y hojas verdes. El Logia Lautaro ($7.950), también con carne mechada, con champiñones a la crema, tocino y muchos berros. En ambos casos, la carne muy bien guisada y sabrosa. Lo único corregible: un tomate asado que realmente aporta y distingue, pero que podría venir en un corte menos grande (chorrea mucho). Y unos trozos de tocino que si fueran más crujientes serían más fáciles de cortar con los dientes.
También se atacó con felicidad un mix de tres sanguchitos en pan de hamburguesa ($8.250). Uno de pollo ahumado con lechuga y queso de cabra, riquísimo (como para volver por él). Otro de paleta de chancho ahumada, con cebolla y pepinillos, igual de bueno, pero algo escaso de la proteína protagónica. Y una mini hamburguesa, con tomate asado y queso azul, tan buena como las papas fritas acompañantes. De verdad.
Para cerrar, dos postres: una tarta de murra y almendras con helado ($3.950) y un brownie de chocolate y nueces, también con helado. Grandes porciones, gran sabor.
Entonces, aquí hay cocina y hay buena propuesta. Les falta más cuidado no más, señores del Pipiolo.
Orrego Luco 34, Providencia. 2 2710 5451.