Otro capítulo en la saga de los "co-papás" Will Ferrell y Mark Wahlberg. A los problemas de la crianza de papás separados se suma esta vez la llegada de los respectivos patriarcas, John Lithgow y Mel Gibson, cuál de los dos más nefasto. Uno es sensible y cariñoso en exceso; el otro, un ególatra vanidoso sin problemas en pisotear los sentimientos de nada. La historia es una sucesión caótica de situaciones de más o menos hilaridad, con el pie forzado de los afectos que dan las historias "de Navidad". Muy forzado en este caso: los personajes no tienen química, los desencuentros se sienten construidos para la duración de la película y cualquier emoción resultante no puede ser otra cosa más que coincidencia. Como comedia y como película navideña, esta cinta perdió la guerra. "Daddy's home 2". EE.UU., 2017. 100 minutos, todo espectador.