Rita Pierson, en una conferencia TED orientada a profesores, señala con fuerza la importancia que tienen los vínculos para favorecer el aprendizaje de niños y adolescentes, tanto en el plano emocional como en el académico. Estas recomendaciones son completamente extrapolables a los padres en su rol de educadores.
Esta docente describe cómo establecer buenas relaciones interpersonales facilita el camino hacia los aprendizajes. Ella plantea que nadie aprende de alguien que le desagrada. Y el inverso es también verdadero: los niños aprenden con facilidad de aquellos a quienes quieren y por los que se sienten queridos. Una relación humana positiva siempre nutre la autoestima y genera vínculos que acercan, al permitir la circulación de emociones positivas. Tener expectativas positivas acerca de los hijos da esperanzas a los niños acerca de sus posibilidades de logro y de desarrollo. Por el contrario, las expectativas negativas los desaniman y los desenergizan.
Posiblemente sea la empatía la competencia emocional que permite a padres y profesores tener sensibilidad ante las necesidades de los niños, y desde allí es que los vínculos se tejerán de manera nutritiva. La naturaleza de los vínculos se nota desde la acogida que se da a los niños, y se expresa en el trato cotidiano a través de demostraciones de afecto y de reconocimiento explícito de sus logros. Cuando los adultos tienen una conexión positiva con los niños a su cargo y conocen sus intereses, pueden adecuarse a un lenguaje que ellos entienden y que a la vez puede desafiarlos. A quien se conecta con los niños desde lo que les interesa no le resulta difícil encontrar mecanismos para motivarlos.
Una conexión positiva no supone que ocasionalmente no se puedan señalar algunos errores a los niños, lo que importa es el cómo. Existe una cita atribuida a Shakespeare que plantea: "Sea como fuere lo que pienses, creo que es mejor decirlo con buenas palabras". Esto es aún más válido cuando se trata de los hijos. En una conexión que potencia el desarrollo emocional y cognitivo de los niños es importante estar atento a entregar gestos y demostraciones explícitos de afecto, que hagan sentir a los niños y a los adolescentes validados por los adultos.