Cuesta creerlo, pero esta no es una película del célebre destructor del mundo Roland Emmerich. El autor esta vez es su coguionista y socio habitual Dean Devlin ("Día de la independencia"), y el resultado final hace que Emmerich se eche de menos. Estamos en un futuro próximo, y los científicos se han unido para solucionar el cambio climático con una aparatosa red de satélites que evita cualquier catástrofe antes de que ocurra. Hasta que los villanos de turno se las arreglan para "hackear" los satélites e iniciar una serie de ataques climáticos que se traducen en olas de frío gélido en Río de Janeiro, rayos de calor en Moscú y así, con los efectos especiales para mostrar destrucción y genocidio que venimos viendo desde que Hollywood decidió bombardear el planeta con meteoritos, tsunamis y calendarios mayas. Mientras, vemos a Gerard Butler como el único científico capaz de reiniciar los satélites, y a su hermano Jim Sturgess tratando de convencer al Presidente Andy García de que la trama de esta película es algo que está pasando. Inconsistente, con chistes que no funcionan y una tensión que ni siquiera llega cuando Dubai está siendo atacada por la ola más gigantesca jamás generada por computador alguno, esta es una cinta que ciertamente se esfuerza en entretener, pero que se queda en una muy poco inspirada repetición de patrones ya antes vistos. Una verdadera Geo-tontera.
"Geostorm". EE.UU., 2017. 109 minutos, todo espectador.