El cine es para los niños un espacio mágico de entretención, lo cual es una excelente razón para que familias y colegios favorezcan el acceso de los niños a ver buenas películas. Sin duda, una buena formación cinematográfica les enseñará a reflexionar y aumentar sus horizontes culturales.
Las películas pueden ser usadas como un espacio de reflexión acerca de la realidad, sobre la forma como las personas se relacionan y los valores que están detrás de las conductas de una determinada cultura.
Una buena conversación después de la ida al cine puede modificar significativamente la experiencia, ya que permitirá que los niños vayan develando a través de ella aspectos que les habían quedado ocultos en una primera lectura. Enseñar a mirar en profundidad y a escuchar otras opiniones es otro gran aporte cuando la experiencia se hace en forma grupal. Las reflexiones y los comentarios posteriores al cine van haciendo visible no solo lo que está en el argumento, sino el pensamiento y las emociones de los espectadores y de uno mismo.
Anastasia relata lo que fueron las idas al cine con su abuelo: "Quizás no fueron tantas, pero sí muy significativas. Antes de entrar a ver la película, nos contaba del director, de otras películas que había dirigido y del tema en general. Después de ver la película, nos llevaba a tomar un helado y nos preguntaba en términos amigables lo que más nos había gustado, cuál era la característica que hacía más detestable al villano. Ahora me doy cuenta de cómo buscaba que todos participáramos de la conversación. En definitiva, un recuerdo inolvidable.
Para padres y profesores, el buen cine puede ser una ventana hacia el mundo interno de los niños, porque permite visualizar cómo las imágenes y los diálogos los han impactado, ya que muestra de una manera muy vívida su mundo interior.
Los colegios pueden aportar dando a los niños, especialmente de sectores vulnerables, la posibilidad de acceder a los clásicos del cine. Si la visión del film es seguida de un foro de discusión, de la lectura de una crítica de la película o de una investigación acerca del lugar en que se filmó la película, ayudará a que además de la fuerte experiencia estética que es el cine, los niños vayan desarrollando un pensamiento más profundo y adentrándose en forma experiencial en diferentes realidades culturales.