En Brasil se encuentra su propia versión de las picadas o fuentes de soda: los botiquims. Allí se está en paz con una cerveza helada grande (el tamaño individual), tirando la talla, picoteando y con servilleta de papel. Con muchos "salgados", que son como las tapas españolas, porciones pequeñas en las que abunda lo asado, lo frito y las masitas. Algo hecho y pensado para que salga rápido de la cocina. En fin. En Chile es más común encontrar carnes a la espada como embajadores de lo brasileño, por lo que encontrarse con esta variante es novedoso. Aunque en este caso fue más bien estrepitoso.
Gostosura es un local sencillo, pero no solo eso. Un cenicero lleno junto a un sofá algo roñoso en su patio ya fueron las primeras señales de alerta. Subir por una escalera a la que le lloraba la cera y la virutilla fue el segundo reclamo. Y luego el baño: podrían atornillar la tapa del water, por favor. Y dejar cerrada la puerta de la ducha.
A la hora de la colación, harto público, pero pedir a la carta fue fatal. Casi tres cuartos de hora para que llegaran los platos principales. En el intertanto, unas limonadas al natural y personal de cocina que salía a preguntar a las mesas, verificando los pedidos, con un uniforme que exhibía el rastro de los menús de días anteriores. Al preguntar por una entrada que no había llegado antes, esta llegó después.
Todo esto antes de dos platos sabrosos y harto bien hechos, pero ya con la carga de todo lo anteriormente dicho. Fue una muqueca de pescado ($9.800), un plato hecho con leche de coco y aceite de dende (de una palmera), con notas atomatadas y a pimiento, acompañado de arroz blanco. Igual de rico el bobo de camarones ($9.800), un guiso con trocitos de yuca y leche de coco, igual de agridulce. El aperitivo eran trozos de picanha (punta de ganso, $5.200), salteada con trozos de cebolla no muy salteada (algo fuertona). Rico.
En resumen, requieren de un fashion emergency. Y además de una reingeniería que les deje en claro que se debe entregar la boleta junto con el vuelto. O sea, es un botiquim al que le faltan los primeros auxilios.
El Aguilucho 3051, 2 3208 5138.