Hace algunos días hemos sido golpeados por la dolorosa noticia de una adolescente de solo quince años asesinada por alguien con quien había hecho contacto a través de Facebook. El asesino, que tenía antecedentes delictuales, se había inventado un perfil lo suficientemente atractivo para incautos. Después de crear una amistad virtual con la niña, la engañó diciéndole que la iba a presentar a sus padres.
Los adolescentes se caracterizan por no tener suficiente conciencia de los riesgos, la búsqueda de cosas nuevas y una mayor impulsividad. Estas tres características los hacen más vulnerables a los engaños a través de las redes virtuales por personas con graves patologías, como pedófilos, traficantes de drogas o simplemente personas inescrupulosas o perversas.
A diario soy testigo de discusiones entre padres e hijos por los límites en el uso del celular, los riesgos de la autoexposición y el tema de la adicción. Colocar límites y enseñar a los adolescentes a autorregularse es una tarea compleja, ya que la rebeldía natural se ve exacerbada por el enorme atractivo que ejerce la tecnología. Los jóvenes tienden a pensar que los padres exageran y, como se sienten semiomnipotentes, incurren en actos impulsivos de autoexposición que los hacen vulnerables al acoso y dejan huellas imborrables que provocaran un severo daño en su imagen.
Como los adolescentes escuchan poco a los adultos a cargo, una alternativa para que ellos aprendan es usar internet para hacerlos trabajar en grupos sobre el tema. El aprendizaje emocional es experiencial, por lo que momentos de reflexión entre pares son particularmente efectivos para aprender. Los colegios pueden organizar estos trabajos, que terminen en una exposición hecha por cada grupo, sobre diferentes temas que tengan como norte la toma de conciencia de cómo tener una navegación segura. Algunos temas podrían ser: riesgos de la autoexposición en las redes sociales; suplantación de identidad; ciberbulling; riesgos de transfomarse en un ciberadicto, entre otros. Hoy, trabajar estos temas con los jóvenes y lograr que reflexionen sobre ellos parece más urgente que otros temas académicos. Pueden también apoyarse con videos de la PDI que muestran los riesgos que hay en la red. No podemos cruzarnos de brazos ante los riesgos a los que están expuestos nuestros niños y adolescentes. Ha pasado a ser un tema de política pública que atañe especialmente a los educadores.¦