Si bien hay algún progreso desde que Mary Ann Evans, una de las mejores novelistas inglesas de todos los tiempos, escribió en el siglo XIX bajo el seudónimo de George Elliot para poder ser reconocida como escritora, aún persiste la invisibilización del aporte femenino en las distintas áreas del conocimiento. Esto no sólo es injusto, sino que además, perjudica la visualización de las posibilidades de las adolescentes al momento de definir sus opciones vocacionales.
El rol de la mujer en la sociedad, salvo contadas excepciones, se ha limitado a ser destacado principalmente por su aporte en las labores domésticas. Los medios de comunicación suelen presentar una imagen muy limitada y bastante estereotipada de los roles de género que no favorece una socialización más acorde
Los personajes de los cuentos para niñas también han hecho su parte. El rol de las mujeres en la literatura infantil clásica es bastante pasivo. La Bella Durmiente espera que el príncipe la rescate con un beso, en tanto que Blanca Nieves aguarda también a su príncipe azul mientras lava, plancha y cocina para siete enanitos.
Afortunadamente están apareciendo nuevos cuentos que rompen con estos estereotipos. Un ejemplo importante en esta línea es el libro "Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes", recientemente publicado por editorial Planeta. Sus autoras, Eliana Favilli y Francesca Cavallo, se plantean como objetivo: "...que las niñas sepan que de verdad pueden convertirse en cualquier cosa que deseen." El libro tiene como protagonistas a mujeres destacadas de diversas profesiones de los cinco continentes. Ellas no son princesas sino mujeres que cambiaron el mundo, que persiguieron sus sueños y que se atrevieron a soñar en grande. Entre ellas están artistas como Frida Kahlo, escritoras como Isabel Allende y las hermanas Bronte, científicas como Margaret Hamilton y Marie Curie, entre muchas otras. Es un libro bellamente ilustrado por sesenta artistas de diferentes lugares del mundo.
Este texto constituye un gran aporte a la visibilización del rol femenino, y tiene además el gran mérito de alentar a las niñas a soñar en grande y hacerlas sentir que pueden ser constructoras de su propio proyecto de vida.