Es un hecho innegable que con la aparición del teclado y el computador, la escritura a mano va perdiendo terreno entre los niños y los jóvenes. La antigua caligrafía ha ido cediendo terreno.
Qué duda cabe que escribir es mucho más que tener buena letra. Escribir es poder expresar contenidos en forma creativa y gramaticalmente correcta. Sin embargo, no hay que desestimar el aporte que es para el desarrollo de los niños que la escritura sea manuscrita. Escribir favorece la coordinación entre los centros cognitivos, motores y emocionales, logrando la integración cerebral. Al aprender a escribir las letras se favorece la planificación y la autorregulación, produciendo una activación de los patrones cerebrales que representan las letras.
La felicidad y el sentimiento de autoeficacia que experimenta Nicolás al escribir a mano la "N" de su nombre, no es comparable al simple teclear una letra para hacerla aparecer. No se trata de descalificar el enorme aporte, la eficacia y la mayor legibilidad que tiene escribir sobre un teclado, pero sí de rescatar lo que escribir a mano puede significar desde el punto de vista cognitivo y motor.
Se ha hablado de formar escritores híbridos, esto es, niños que puedan dominar ambas herramientas. Aprender a leer en letra de imprenta favorece el reconocimiento de las palabras, pero después es necesario transferir el conocimiento a la letra cursiva, para permitir la familiarización con diferentes patrones de expresión escritos. Luego, la escritura en un computador.
Para muchos educadores, que un niño escriba una carta a mano, con su firma, tiene un valor emocional y una profundidad mayor a realizarlo en el computador. Para reproducir las letras previamente el niño necesita hacer una representación visual de lo que va a escribir, lo que estimula la capacidad de planificar.
Algunos escritores relatan que para escribir la primera versión de un poema, de un cuento o de una novela, requieren hacerlo con papel y lápiz, a la antigua usanza, ya que así despliegan con más fluidez los procesos creativos. La relectura y la autocorrección de lo escrito, en cambio, les es más fácil realizarla en forma digital.
No se trata entonces de elegir entre dos métodos, sino de utilizar los sistemas en forma complementaria.