La movilidad geográfica de los mesones santiaguinos es notable. Está, claro, la movilidad metafísica: muchos dejan de ser "y vuelven al polvo". Otros, como en este caso, aprovechan el lugar vacío. El Mesón de la Patagonia de Lo Barnechea se ha mudado, un par de cuadras más hacia el norte, en la misma calle, al local que ocupó un buen restorán que hizo mutis por el foro, parece que definitivamente...
Y en su nueva ubicación hemos disfrutado de un buen almuerzo. Es un bistró especializado en cordero, con experiencia larga que garantiza un buen resultado. Hay también centolla, con que atrae a muchos comensales; pero, luego de que ahí mismo, en cierta ocasión, comimos una centolla que venía bajándose vivita del avión y fue a parar incontinenti a la olla, luego de esa maravilla, ya no queremos otra cosa, para no echar a perder aquel imperecedero recuerdo gustativo.
Por eso nos dedicamos al cordero, comenzando con una entrada compuesta por hartas Chuletillas del Pelao ($11.200), que son más delgadas que las que uno come normalmente como plato de fondo, pero que están asadas muy atinadamente y cumplen a las maravillas su función de abrir el apetito. Para que no se sintieran solitas las acompañamos con unas excepcionales criadillas de cordero ($11.000), plato que es de los que hacen a la gente volver a un lugar: hartas criadillas, de buen tamaño, presentadas en una salsita de carne con un toque de vino y unas hortalizas (cebolla, pimiento) muy sentadoras. Ah, qué gran plato, qué armónico: porque ha de saber, Usía, que las criadillas son manjar delicado y necesitan salsa; pero lograr que esta no opaque u oculte a aquellas, es gran mérito.Continuamos con un gran trozo de paletilla de cordero asada, con salsa chimichurri y hortalizas asadas ($18.500) que, obviamente, es para ser compartido: un verdadero repositorio de sabiduría en esto de asar animalitos de esta especie; partes bien asadas, otras, más delicadas, no tanto; tiernos pellejitos, sólidos bocados.
Entretención para rato, para la cual se lo provee a uno con los instrumentos adecuados. Ahora, después de tanta maravilla, los puntos en contra. Quizá uno solo, o uno principal: un bistró dedicado a servir cordero en diversas modalidades, tiene que entender que, por tierno y poco grasoso que quede el trozo, tiende a enfriarse un poco en la mesa, sobre todo si el pedazo es grande; y para eso, es de sentido común e indispensable que los platos vengan muy calientes: es desagradable ver cómo la grasita del cordero comienza rápidamente a solidificarse ante nuestras narices, incluso a pesar de acelerar la ingesta para evitarlo.
Nuestros platos estaban fríos...Postres: correcto Suspiro patagónico ($4.500) y Marquise au chocolat ($5.000), que llegó demasiado dura por el congelamiento en que había estado: una "marquise" es delicada, quisquillosa. Trátenla mejor. Servicio correcto, estacionamiento interior.Lo Barnechea 1223, Lo Barnechea.