Esta historia partió con una infausta casualidad. La idea era probar la mano del restobar egipcio Eskendereya, pero resulta que no son egipcios a la hora de almuerzo. O sea, tienen un menú light, otro ejecutivo y otro gourmet, pero egipcio no. ¿Cocina bipolar, doble identidad? Se les recomienda entonces que escondan sus dos Tutankamones y su par de Osiris de la entrada a la hora de colación, para no llamar al equívoco y posterior ira.
Fue entonces que, a tiro de piedra, se encontraban las opciones de La Cuisine, un francés informal ya muy bien recomendado en un breve pasado, y del Mirá vos. Mirá vos. Y así fue cómo partió un grato almuerzo en un sitio dedicado a la milanesa. Y no semidedicado, sino realmente concentrado en la producción de este silvestre plato. De carne vacuna, pollo, berenjena o en una versión más aliñada (provenzal), aquí reina una preparación sencilla que mal hecha llega a ser insalubre, pero que aquí se hace muy bien, con cero aceite en su superficie. Y blandita, además.
Para empezar, unos bastones de mozarella apanados (era que no, a $3.900), con un pote de salsa boloñesa para untar. Impeques. Y una sugerencia que resultó muy feliz: una empanada de carne picada con pimentón en masa hoja ($1.400). Por favor, nunca la cambien, nunca la alteren y nunca dejen de tenerla en su oferta. Un hit. Del rubro central en cuestión, una milanesa de carne "a caballo" ($5.900), es decir, con dos huevos fritos, que debieran haber venido con la yema cremosa, ya que la idea es poder bañar la carne con ella. Y escoltada con un plato de papas fritas, de las congeladas. Y ya que estamos, podrían hacer el esfuerzo de cortar unos cuantos tubérculos para mejorar, por favor.
La segunda milanesa era de berenjena ($5.600), un placer para las muelas cansadas y el gusto vegetariano, que venía con tomate en cubitos, rúcula y parmesano rallado del real. Ojo que también hay ensaladas y sándwiches, que vistos al pasar se veían muy bien.Para terminar, un panqueque tibio relleno de manjar ($1.600), el que llegó junto a los cafés, una coordinación que no ocurrió al comienzo, con los cuatro platos arribando al mismo tiempo. Mal, porque así más de algo se enfría.
Pero en fin. Si alguien quiere comerse una milanesa, este es el lugar. Atendido con simpatía, además, y con una oferta que se cumple al almuerzo y la cena, no como ocurre con otros.
Cirujano Guzmán 179, Providencia. T: 2 2204 1195.