En la actualidad, los niños ven menos televisión que en décadas pasadas, pero lamentablemente no es por una mayor conciencia de lo dañino que puede ser, sino por las alternativas que han surgido en la última década. El consumo de pantallas continúa siendo alto, dedicando mucho tiempo a ver videos o a jugar con otras plataformas. Existe evidencia científica acerca de la necesidad de limitar las horas que los niños están frente a cualquier tipo de pantalla, por los efectos en su desarrollo socioemocional.
Un estudio vinculó el consumo excesivo de televisión a los cinco años con problemas de atención a los once años, lo que confirmaría la hipótesis de lo perjudicial que es el exceso de televisión para el desarrollo cerebral de los niños. La evidencia apunta a que el cuerpo estriado, que regula los gustos y motivaciones, suele quedar atrapado con lo novedoso y con los estímulos intensos y veloces, como son los que llegan por los videos y por la red, por lo que el niño pierde interés por otras actividades. Así comienza una adicción que será muy difícil de erradicar posteriormente.
Limitar las horas de pantalla es siempre la receta, pero psicólogatambién son importantes tener una noción razonablemente exacta de lo que ven y buscar orientar los gustos televisivos desde edades tempranas. La elección de la programación no es trivial. Por ejemplo, si un niño se habitúa a programas violentos, estimulará constantemente las zonas que se relacionan con la agresión y no es de extrañar que se transforme en un niño violento.
Es importante conectarse con aplicaciones de internet o programas de televisión que tengan un potencial educativo, además del factor de diversión que implican. Un equipo de la Universidad de Granada realizó un catastro de programas que pueden tener un impacto positivo en niños pequeños, con personajes que son modelos de identificación positiva. Algunos de ellos son:
Caillou: motiva a los niños a explorar.
Pocoyó: serie de aventuras que llevan al protagonista a descubrir el mundo.
Wonder Pets: tres mascotas enseñan el valor del trabajo en equipo.
Sid el niño científico: despierta la curiosidad a través de las preguntas.
Es necesario que los niños vean menos televisión y que los programas sean escogidos por su contenido educativo.