La discusión sobre las plataformas de lectura y su incidencia en el aprendizaje es reciente y habrá que esperar a tener mayor evidencia de las investigaciones que se están realizando. En su edición del 9 de octubre de 2016, en el diario El País de España, Joseba Elola analiza las ventas de los libros en papel por sobre la lectura en e- books, ya que a pesar de la crisis económica, las ventas de los libros en formato tradicional han aumentado.
El consumo de los libros electrónicos se ha estabilizado y dos de cada tres personas en Europa y Estados Unidos prefieren leer libros impresos. Pareciera que la lectura en papel permite una mayor comprensión en profundidad y favorece la retención de lo leído. La lectura en pantalla es más rápida y superficial, correspondiendo a lo que se denomina "browsing". Esto se aplica mejor para los adultos que no son nativos digitales.
Existe un placer especial al recorrer librerías, hojear las páginas de un libro y para los niños es importante disfrutar de la materialidad del libro, de sus ilustraciones y poder revisarlo desde el inicio hasta el final, percibiendo el libro como una globalidad. Niños muy pequeños toman un libro, lo tocan, dan vuelta sus páginas y hasta duermen con él. Quedarse dormido con su libro favorito entre las manos es una experiencia única de acercamiento a la lectura, así como lo es escoger el libro para un viaje.
En la lectura digital los límites son más difusos. En el libro impreso ellos están muy definidos y el lector siente cómo se avanza en la apropiación de contenidos. Cuántas veces hemos escuchado decir a un niño: voy en la mitad del libro o me quedan 10 páginas para terminar.
El peor enemigo de los libros impresos no son los electrónicos que también favorecen la comprensión lectora, sino el celular. Muy rara vez vemos a un adolescente leyendo en el metro, pero sí los vemos enfrascados en sus celulares mandando Wp o correos electrónicos o utilizando el juego preferido. Al decir de muchos, las redes sociales constituyen el enemigo número uno de la lectura.
Leer en cualquier formato es beneficioso para el acceso a la cultura, para el aprendizaje y para el desarrollo del pensamiento. Cada cual tendrá preferencias en cuanto a la forma y al contenido, pero pareciera que por ahora el libro impreso representa ventajas para el desarrollo cognitivo.