El cine tiene un enorme potencial psicoeducativo en los niños y por ello es importante elegir adecuadamente las películas. No basta con que aparezca como "para todo espectador" para que realmente lo sea. A veces la estética de la película puede resultar excesiva para los niños pequeños o para aquellos que son demasiado sensibles, especialmente en las escenas de terror o de violencia exacerbada.
Es el caso del filme "Moana: un mar de aventuras", una película de animación del sello Disney, dirigida por Ron Clemens y John Musker, que tiene excelentes mensajes educativos, pero que resulta atemorizante para niños menores de cinco o seis años por sus escenas de violencia.
La película está relatada como un cuento a partir de una leyenda en que un semidios le roba el corazón a Te Fiti, que es la diosa de la vida, lo que llena de penumbra la isla. La protagonista es una niña encantadora a quien desde pequeña la muestran con espíritu aventurero. Ella se hace cargo con valentía de la misión de salvar a su pueblo, restaurando el corazón de la diosa para que vuelva a florecer la vida. En esta acción es impulsada por su abuela, con quien tiene una relación de gran complicidad y contra la opinión del padre, que es un jefe de tribu que busca protegerla de los peligros del mar.Moana se lanza en busca del corazón de Te Fiti para salvar a su pueblo.
Está ambientada en una isla de Oceanía y es de una gran belleza y expresividad visual. En ocasiones, las imágenes son violentas y bastante largas, lo que puede ser generador de ansiedad para niños pequeños, que no distinguen realidad de fantasía. De hecho, varios niños menores de cinco años abandonaron la sala llorando, ante los peligros que enfrentaba la niña.
Entre los valores de la película cabe destacar el rescate de figuras femeninas en un papel heroico y valiente, reivindicando su capacidad de correr riesgos. También es importante señalar el rol de la abuela en la transmisión de las historias ancestrales y en dar confianza a su nieta para desarrollar sus capacidades.
Un consejo: revise la crítica de las películas que va a ir a ver con sus hijos o nietos y vea al menos un resumen en internet antes de llevar a los más pequeños. También es una buena práctica dejar un espacio para conversar después de la película, recogiendo las opiniones de los niños y señalando algunos aspectos que puedan enriquecer el análisis hecho por ellos.