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RenovarLa desconocida historia de Dominga, la minera que hoy complica a Piñera
Lo que hoy parece una pesadilla para el precandidato presidencial de la centroderecha y una obsesión para el diputado comunista Hugo Gutiérrez, es el resultado del sueño de un geólogo.
Todo partió con un sueño.
El del geólogo Iván Garrido quien, después de tener una carrera como ejecutivo y consultor, buscaba una nueva vida. Nunca imaginó que ese propósito se transformara en una pesadilla para el ex Presidente Sebastián Piñera y en una obsesión para el diputado comunista Hugo Gutiérrez.
Un día quiso entrar al negocio de la exploración temprana de yacimientos. Tenía la formación como geólogo y la motivación y experiencia como ejecutivo y consultor. Pero en el camino se dio cuenta de que no eran suficientes. Intentó levantar dineros en Chile y no lo consiguió.
Era el año 1998 y en su primer impulso había fracasado.
Decidió buscar socios fuera del país. Se asoció con una empresa junior (firmas que generan prospectos de exploración) listada en Inglaterra, en la Bolsa de Londres, en su fase de alto riesgo.
Se trataba de Latin American Copper, liderada por dos australianos. Armaron un grupo y Garrido se convirtió en gerente general. Consiguió que la firma en que antes trabajaba, Phelps Dodge, pusiera un aporte (un private placement , literalmente para el proyecto de Iván Garrido) y también recibieron los dineros captados en la Bolsa.
-Levantamos 250 mil dólares y ahí empezó la historia. Nosotros decidimos un modelo conceptual de exploración para la cordillera de la Costa. Y así llegamos a Dominga, que fue uno de los 10 blancos que generamos.
-¿Quién le puso Dominga?
-Los mineros le ponen al yacimiento el nombre de un cerro, a veces de una amada. En nuestro caso, en la zona que escogimos había una mina que fue explotada por la compañía minera Tauro, que se llamaba Santa Dominga. Era una veta pequeña de oro y cobre que fue explotada y que ya no quedaba nada. Está en una periferia de nuestro proyecto. Ahora es de nuestra propiedad.
Los blancos fueron inscritos a nombre de Iván Garrido. Entre ellos, Santa Dominga.
-Yo tenía un mandato privado con Latin American Copper, que cualquier propiedad minera que estuviera a mi nombre era de Latin American. Era para facilitar los trámites.
Fue entre los años 2002 y 2003 cuando Dominga figuró como propiedad de Iván Garrido y se generó una gran cartera de proyectos. Pero Phelps Dodge decidió retirarse por una decisión política-estratégica de su casa matriz en Estados Unidos, en que determinaron no seguir invirtiendo en planes junior .
-Fue un duro golpe para nosotros. Eran proyectos muy interesantes, pero sin espalda. Ahí yo tuve que volver a Inglaterra a pasar el sombrero, o sea, a vender este sueño a gente que quiere invertir, que quiere ganar lucas en proyectos semillas. Levantamos algo de dinero y había que dar un próximo paso excitante para poder levantar más dinero. Eso significaba concentrar la atención donde había mayor probabilidad de generar una buena noticia para poder volver a la Bolsa. Tuvimos que hacer los primeros sondajes. En Dominga nos fue pésimo. Recibimos mejores noticias en Filipina Grande, ubicado en Vallenar.
En el directorio querían botar Dominga. Argumentaban que le habían metido 12 sondajes y nada. Garrido insistía con Dominga. Era casi su proyecto personal.
-Me dieron fondos para tres sondajes más. Y si no resultaban, lo botábamos. Me fui un fin de semana a la oficina y ahí diseñamos dónde íbamos a meter esos tres sondajes. Y ahí está el histórico, el SD13, que es el nombre del sondaje que hizo el hallazgo: 76 metros con alta ley de cobre, oro y fierro. ¡Bingo! ¡Cómo levantamos plata en la Bolsa!
Diseñaron una campaña más profunda, para seguir perforando. Y Dominga resucitó cuando estaba agónica.
Era el año 2006.
Empezaron a perforar más, pero ocurrió algo inesperado: en un sondaje salía mucho y en otro, nada. Comenzó a fracasar y los que eran accionistas mayoritarios en Latin American Copper decidieron vender.
-Cuento corto, se vendió la compañía. Habíamos invertido del orden de 6 o 7 millones de dólares y se vendió en 40 millones.
En 2007 vendieron el portafolio completo a una compañía australiana, Tamaya Copper Group, listada en la Bolsa en Australia.
Garrido ganó unos 800 mil dólares, pero se le había escapado el sueño. Olvidó a Dominga. Dos años más tarde llegaron dos representantes de LarraínVial, que querían hacer un emprendimiento. Por ese tiempo él y sus socios se enteraron de que la empresa australiana había entrado en quiebra. Garrido arremetió de nuevo. Con LarraínVial formaron la firma Minería Activa y compraron los activos de ese portafolio, donde estaba Dominga. Generaron un fondo especial, Minería Activa Uno, para el cual LarraínVial llamó a inversionistas chilenos invitándolos a invertir en un fondo minero de alto riesgo, privado.
-Y ahí contactaron a todas estas familias que hoy están saliendo en la prensa. Una de ellas es Fondo Mediterráneo, de la familia Piñera. También estuvieron los fondos de la familia Délano, de la familia Garcés y otros. Les pusieron una condición: tenían que ser pasivos, es decir, no participaban en la administración ni en la gestión de Minería Activa.
Era el año 2009.
Antes de venderla, Tamaya había hecho otros siete sondajes por el lado de Dominga sur y descubrieron que había posibilidades de que el yacimiento fuera bastante más grande de lo que habían pensado. Pero nunca tanto como descubrieron después. Minería Activa decidió salir a venderla a los mercados internacionales. En eso estaban, cuando la familia Délano, que formaba parte de los 33 inversionistas que había reunido LarraínVial, se interesó en comprar ese activo.
Era diciembre de 2010 cuando la familia Délano junto con Garcés compran el proyecto Dominga al fondo de inversión, tres meses después que Sebastián Piñera llama a la termoeléctrica Barrancones a bajar su proyecto.
-Pero, ¿qué tuvo que ver Piñera directamente con Dominga?
-Es interesante, porque en realidad es muy probable que él nunca haya sabido de Dominga. Yo no conozco a Piñera. Nunca estuve con él. Malintencionadamente dicen que quien desarrolló el proyecto fue él, y eso es absolutamente falso.
"Si se tiñe políticamente el proceso medioambiental, se dañaría la institucionalidad democrática"
-¿De qué manera pesa la situación política que se ha creado a raíz de los vínculos que se intenta establecer entre Dominga y Piñera? -Ahí yo haría una distinción categórica. Si, por legítimas dudas que puede haber, se tiñera políticamente el proceso institucional medioambiental y los instrumentos de planificación que tiene la región, se dañaría la institucionalidad democrática de este país, y eso es un activo fundamental. Porque las legítimas dudas que pueden tener organizaciones, partidos políticos, posiciones políticas, en democracia se tienen que resolver a través de la institucionalidad. Y si hay dudas de los conflictos de interés que tendría el ex Presidente Piñera, tendrán que resolverse institucionalmente. Si hay antecedentes de situaciones penales, será a través del Ministerio Público. Pero eso es paralelo a la institucionalidad medioambiental y los instrumentos de planificación regional.
Cuando Délano compró Dominga, en 2013, el proyecto seguía siendo altamente riesgoso, reconoce Iván Garrido, quien hoy es el presidente ejecutivo de Andes Iron, la compañía propietaria del proyecto minero que contempla un puerto. La compró en unos 100 millones de dólares y hoy su valor se estima en diez veces más. De cien millones de toneladas, "hoy conocemos que son dos mil millones de toneladas de mineral. De manera que si Piñera lo hubiera sabido, habría hecho un muy mal negocio al vender".
-¿Le ayudó a Dominga la intervención del ex Presidente cuando frenó el proyecto Barrancones en esa misma zona, o al contrario?
-Imagínese. Fue un daño enorme para Dominga lo que hizo Piñera con Barrancones. Como termoeléctrica, Barrancones podía cambiar su ubicación, pero nosotros no podíamos cambiar la ubicación del mineral. Tuvimos un desafío enorme: cumplir con los requerimientos medioambientales sumado por diez. Es decir, ser extremadamente rigurosos en el procedimiento. Y hacer una propuesta robusta en los estudios de impacto ambiental, porque sabíamos que todo el país nos iba a estar mirando. Y así lo hicimos e incluso fuimos más allá y desarrollamos un proyecto único de integración con la comunidad de La Higuera, para desarrollarla socialmente e integrarla con Dominga.
El próximo jueves, la Comisión de Evaluación de la IV Región debe pronunciarse. El intendente de Coquimbo se reúne con los seremis y, en atención al informe consolidado que emitió el Servicio de Evaluación Ambiental de Chile, que aprobó la propuesta de Dominga, debe revisar cómo interactúa este proyecto de alto impacto en una comunidad de la zona como La Higuera, considerando los planes territoriales, y votar en consecuencia.
Anteayer, la senadora por la región Adriana Muñoz (PPD) se sumó a las críticas del diputado comunista Hugo Gutiérrez y llamó a rechazar Dominga.
Iván Garrido reacciona indignado:
-A mí me llama mucho la atención que una senadora de la República llame públicamente al Estado de Chile a que detenga el proyecto Dominga. Es decir, que la resolución de calificación ambiental no siga el conducto institucional me parece que daña la democracia en el país. Y eso me parece grave, tanto como cuando el ex Presidente pidió a Barrancones que cambiara su ubicación. A mí me gustaría llamar a la mesura y que no por peleas políticas legítimas ser dañe la institucionalidad propia del país.