Cada día los padres están más conscientes de la necesidad de formar a su hijos para que sean buenas personas: empáticos, compasivos y capaces de autorregularse para convivir en forma armónica con las personas que los rodean. La pregunta es cómo hacerlo.

Como parte del proyecto "Making Caring Common", que dirige Alison Cashin, de la Universidad de Harvard, motivado porque en la crianza de los niños no parece existir énfasis en incentivar la preocupación por los demás, se elaboró una guía para padres, con los siguientes puntos:

1. Trabajar por desarrollar relaciones preocupadas y amorosas con los hijos; tener conversaciones significativas, tiempo y espacios. Conversar con los hijos va sembrando valores que tendrán una influencia positiva en su comportamiento. El diálogo intergeneracional es de gran influencia en la construcción del juicio moral.

2. Ser un modelo moral fuerte y un mentor. La manera en que los padres actúan es en forma no consciente asimilada por los niños. Cuando un padre da las gracias, pide perdón o permiso y trata amablemente a las personas con que trabaja, el niño aprende estos modelos por imitación.

3. Hacer que el cuidado de los demás sea primordial y establecer altas expectativas éticas. Enseñar a los niños, por ejemplo, la importancia de cumplir con los compromisos y de hacer lo que es correcto aun cuando sea difícil.

4. Dar oportunidades a los niños para preocuparse de los demás, incluyendo conversaciones sobre la realidad que viven otros niños y realizar acciones concretas de ayuda.

5. Desarrollar la gratitud en las acciones. Aprender a valorar y agradecer lo que se recibe es una característica central de las buenas personas.

6. Promover el pensamiento ético y ser creadores de cambios positivos en su comunidad, motivándolos a trabajar con otros.

7. Ayudarlos a desarrollar el autocontrol y un efectivo manejo emocional. Tener la capacidad de autogestionar las emociones, de tal manera de, por ejemplo, no dejarse llevar por las rabias, y ser capaz de orientar sus acciones positivamente.

La forma en que los padres actúan y enseñan a cuidar de los otros hace la diferencia en la formación emocional y moral de los hijos.

"Conversar con los hijos siembra valores que tendrán una influencia positiva en su comporta- miento?".