Dicen que "segundas partes nunca fueron buenas". El Mesón de la Patagonia de Maitencillo, cuya "casa principal" está en Lo Barnechea, no está mal, aunque podría estar mejor.
A orillas del mar y con estacionamiento propio, cosa importante en este lugar, es una especie de gran quincho, de agradable aspecto.
Y, la verdad sea dicha, si lo que Ud. quiere es comer buen cordero, este es el lugar adecuado. Comimos un corderito nuevo, de esos que asan patagónicamente, crucificados a distancia prudente del fuego, en dos versiones, de las cuales la mejor fue el "asado de los arrieros" ($14.800). Este es un plato grande con una buena porción del animalito asado, con parte de costilla, con sus pellejitos tiernos y dorados, y un trozo de lomo o algo semejante (no es fácil identificar por el tipo de porción que a uno le sirven); fue una delicia ese corderito de sabor suave, bien asado, carnudito, con su donosa papa cocida rellena con crema ácida. Bien.
La otra forma corderil fue lomo de cordero al romero ($15.500), plato clásico en Italia y Francia: adobado con bastante ajo, estas tiras de lomo asado saben a romero mucho menos que lo que les conviene. En las Europas no son tan tímidos con el romero, magnífico aroma. Pedimos nuestro plato con una porción de lo que es, técnicamente, un gratin savoyard sin, claro, el queso Reblochon, pero todo muy bien logrado. Aquí se lo anuncia como "milhojas de papa". Bien hecho. Recomendable.
Donde este restorán especialista en cordero se cae bastante, es en el tema marino. Pensamos que, por estar a la orilla del mar, creen que deben ofrecer algo alusivo; pero no está disponible la experiencia que hace falta. Por ejemplo, las "machas a la parmesana" ($10.500) podrían perfectamente llamarse "no-machas a la parmesana": el tamaño de las machas era ínfimo y parecían, en todo caso, picadas. Cero sabor a machas. Y de parmesano había un poco, pero mucho más de queso corriente derretido, pecado universal en este plato tan venido a menos en el país. Eso sí que la generosa capa de queso tenía un toque de licor anisado que lo hacía muy bueno. Se agradece. Pero no es lo ofrecido. "Queso gratinado y aromatizado" sería mejor nombre, y podría llevar pollo o cualquier carne blanca. Y sería rico.
La entrada de locos ($11.500), por su parte, se presenta en rebanadas (muy bien cocidas, eso sí, y tibiecitas, como se quiere), pero sin mayonesa; apenas una porcioncita minúscula de papas con ella, y harta lechuga. No, no más. Para el precio...
Postres, de una lista adocenada:crème brûlée ($4.500) cortada (nunca nos había tocado nada semejante) y leche asada hervida ($3.500). Mal, mal. Descuido inexcusable.
Balance: buen, atento y rápido servicio. Defectos serios en los platos marinos. Buen cordero. Carta de vinos razonable. Urgente mejorar postres.
Avenida Del Mar, Puchuncaví. 9 41348337