Es difícil no sentir ansiedad frente a las devastadoras imágenes del paso del fuego, la destrucción que deja y su impacto en la vida de las personas. Los niños son testigos silenciosos de lo que sucede, y no me refiero ahora a los que estuvieron expuestos en forma directa -que requieren de una atención psicoeducativa especial para elaborar sus experiencias-, sino a todos los niños que escuchan y ven los incendios a través de los medios de comunicación y del relato de los mayores. A veces los adultos no aquilatamos en forma suficiente cómo los niños se afectan con lo que ven y oyen.
Dibujar y construir relatos puede ayudar en al proceso de elaborar los miedos. Una parte de la ayuda solidaria de los niños podrían ser blocs para dibujar y estuches con buenos lápices de colores, junto a otros materiales que favorezcan el proceso de expresar emociones y de empatizar con el dolor ajeno.
El fuego es uno de los elementos más temibles de la naturaleza y puede producir miedos y pesadillas que a los niños les costará elaborar. No se trata de negar la realidad, pero sí de tener cuidado con la sobreexposición pasiva de mirar en forma reiterada las imágenes. Tenga cuidado con lo que se conversa delante de los niños, con lo que se dice y cómo lo dice. Recuerde que hasta los ocho años y más el lenguaje metafórico es difícil de entender y hay una interpretación literal de las metáforas. Cuando un adulto dice "No quedó nada", se refiere a lo material, pero tiene claro que las personas salvaron con vida y que hay recursos humanos y redes que no se han perdido, sino que incluso se fortalecen para tender una mano a los afectados. Sin embargo, para los niños no es así y pueden sentirse inundados de angustia
Ayude a los niños a sentirse útiles y a ser solidarios. Pocas cosas son más desesperantes que sentirse inútil y paralizado frente al miedo y al sufrimiento. Una buena campaña educativa debería hacer sentir que nuestros niños sean partícipes de la reconstrucción, como por ejemplo preparando mochilas con materiales escolares para los niños de las zonas afectadas. ¦