Muchos niños se quejan de aburrirse en sus colegios, de las materias que les enseñan y de las tareas que les asignan. Sienten que nada de ello se relaciona con sus intereses y no lo consideran relevante.
En su libro "Escuelas creativas", el autor británico Ken Robinson, ampliamente reconocido en el campo de la creatividad, destaca como un objetivo central de la educación la necesidad de capacitar a los niños en reconocer y desarrollar sus intereses personales. Desde allí plantea una transformación global de la educación, centrada en la convicción de que los niños tienen interés por aprender y que sólo hay que saber escuchar qué es lo importante para cada niño. Para ello es necesario dejarles tiempo para crear, inventar y soñar, de tal manera que aprender deje de ser una actividad aburrida y pase a ser algo apasionante.
Si no logramos detectar cuáles son los intereses de los alumnos y la forma de desarrollarlos, éstos caerán en el desinterés y la falta de motivación. Su aporte a la educación ha sido reconocido, otorgándosele el título de Sir. Les recomiendo escuchar su famosa conferencia TED "Cómo la escuela mata la creatividad".
Desarrollar la creatividad supone que los adultos favorezcan que los niños se hagan conscientes de su potencial, para llevar una vida plena y productiva que permita en sus hijos y alumnos la exploración y el error.
El autor es muy crítico de los enfoques educativos centrados en los procesos de normalización, que buscan educar y evaluar en forma uniforme a todos los niños. Por el contrario, propone un enfoque centrado en abrirles horizontes personales para su desarrollo.
Cuenta el ejemplo de Wayne Gretzky, un jugador de hockey sobre hielo que en la década del ochenta fue el máximo goleador. Al preguntarle cuál era su secreto, respondió que no corría hacia donde estaba el disco, sino en dirección al lugar donde iba a estar. Una diferencia sutil pero importante al desarrollar estrategias creativas.
El autor propone un enfoque personalizado, aprovechando el potencial y los intereses de los niños, usando recursos tecnológicos disponibles para desarrollar su creatividad y la pasión por aprender. Para él, la mezcla de talento y pasión es el verdadero motor de la creatividad y productividad.