Ya, es verdad: está recién abierto, pero se puede ser más rápido de entrada. Y si este local, ubicado en Nueva Providencia, no está lleno a rabiar, más todavía. Considerando que la carta es corta e informal, o sea, poco compleja y harto manejable, más necesario se hace que le pongan corriente a la gestión. Porque para bautizarse como "El mítico", hay que tener mucha fe en sí mismos. O mucha patudez.
Entonces, vayan los otros comentarios para esta sanguchería peruano-chilena.
De fondos (hay otras cosas para picotear, pero la idea era llegar hasta el postre), un cebiche a la peruana ($5.400), con salmón, camarones y pulpo. Muy bueno, con su choclito, su camote y el rocoto encima (una opción realista, en un país poco amigo de esos picores). Y un sándwich de chancho ($5.400), queso derretido, palta, papas hilo, salsa al olivo y unas manchitas de salsa huancaína. Grande, abundante (aunque con unas mezquinas papas fritas de comparsa), pero ojo: el queso gana lejos sobre la carne, que estaba muy sabrosa. Por lo mismo, reduzcan su cantidad, por favor.
De postres -muy bien dispuestos, con arándanos, una frutilla y una bolita de helado-, una crema volteada ($2.700) muy en regla y un cheesecake ($3.900) más cercano a un kuchen de yogurt, nada de malo, pero lejos de lo ofertado, con una capita de gelatina de chicha morada muy ad hoc.
Entonces, en general, una buena atención, buen sabor y los cafés sí llegaron a tiempo, pero van a tener que acelerarse mucho más los de la cocina. Si es que quieren ser míticos.
Nueva Providencia 2020, Providencia.