Nada de mal esta sanguchería, de entrada con una poco tímida oferta de cervezas belgas y francesas de excepción. Y sí: son algo más caras, pero el paladar se refina y evoluciona al probar alguna de ellas. Mala cosa, eso sí, por otro lado, ya que la Cristal de antes pasará definitivamente al olvido (alabado sea Baco por un converso más en esta cruzada). Pero en fin. Hay limonada y té frío con harto hielo ($2.600, grandote) aparte de estas recias etiquetas, las que cuentan con platos acordes para hacerles el peso.
Hay un crudo, un tártaro de salmón con palta y... fish and chips renovadas ($8.000), pedacitos de merluza austral apanados en harina de garbanzo -muy indio esto-, una invención que en nada hace extrañar al batido tradicional. Vienen con una gran cantidad de papas fritas bien hechas, aunque no peladas y cortadas en casa. Señores: si le ponen tanta tinca en mejorar lo sencillo, dense la pega por favor.
Y sin ser muy rápidos, sí son muy buena onda quienes atienden. ¿Será la cocina la que anda algo lánguida? Pongan ojo, porque terminarse la chela antes de comer (y no es culpa de uno...) es un mal síntoma.
De fondos, aunque hay platos-platos (como arrollado, merluza y pierna de cordero, éjale) y ensaladas (ja, ensaladas con cerveza belga), se optó por dos sánguches. Uno de abundante lengua de vacuno nogada (Deslenguado le llaman, a $7.300), con queso de cabra grillado y rúcula. Un bombazo, aunque entre la proteína animal y el queso se dio una batalla de sabores intensos. Igual calzan como sabrosa propuesta dentro del pan ciabatta. Y una hamburguesa tres cuartos -la Antojería ($7.400)-, tal como se sugirió, con tomate, cebolla frita y un huevo ídem. Tan simple como necesaria, aunque la parte de abajo del pan ya estaba algo húmeda, y así no se pudo tomar entre las manos. Llamen a un ingeniero de panes o lo que sea, ¿no?
Ambas con harta papa frita, de las mismas. Buenas, pero que podrían ser superiores.
Ya ni hablar de postre, aunque hay dos posibles. Ojo que no es una picada, pero sí un upgrade en materia de comer y beber. ¿Es esto justo y necesario? Por supuesto que sí. Y si hace calorcito, más aún.
Eliodoro Yáñez 1049, 2 2235 3900.