Esto pasa pocas veces en la vida: ser incapaz de comerse el plato entero, pedir la mitad restante para llevar y, ya en la nochecita, terminar la tarea con beneplácito. Es que esos tallarines salteados con verduras -muchas y muy variadas-, con camarones, chancho agridulce, trozos de lomo y de pollo apanado, son de antología. Y son uno de los platos de Colapez, un restaurante peruano plantado donde estuvo Piscis Australis en una de las arterias principales del barrio Franklin, la calle Víctor Manuel.
Despejado, muy limpio y ordenado, con mozos en extremo diligentes y un baño que se agradece en una zona en la que hay algunos donde nunca ha entrado ni Mr. Músculo ni don Pato Purific. Con su cocina a la vista y una barra donde se hacen jugos, de entrada un pan inusualmente bueno, de corteza crujiente, llega en su panera. Y antes de diez minutos, con una rapidez inédita, ya llega un pulpo al olivo blandito ($8.000), servido sobre sus galletas, como se estila en las tierras de más al norte.
Abundan las parejas con críos en esta ocasión dominical, por lo que se agradece la diligencia, la verdad.
Y antes de terminar la entrada (ojo, que DEMASIADA diligencia no es tan buena), llega el tallarín Taipa, que se veía caro en la carta ($7.900 no es precio de picada, pero...), pero que a la luz del tamaño y la calidad de los ingredientes, justifica de sobra la tarifa. Lo mismo que un magno cebiche mixto ($9.000) hasta con pedacitos de loco, con todos sus tradicionales acompañamientos, con su toque picante y, para un peruano, tal vez cortado muy chico, pero son cosas de la transmigración y tal. La sazón estaba de lujo.
Ya a esas alturas, como decían las abuelas, con "el ombligo parado", hubo que llevarse el postre. Y así fue cómo la cena con, nuevamente, tallarines, fue coronada con un trozo de cheesecake de maracuyá ($3.000), de masa firme y tal vez muy dulce, pero con un buen expreso sin azúcar eso se resuelve.
Entonces, para los habitúes del mercado persa, ya lo saben: este puede ser su nuevo casero. Ojo que no atienden de noche.
Víctor Manuel 2246, 2 2506 5347.