En el mundo del vino hay un lugar común que dice que los países productores sólo beben lo que producen. Y aunque quizás en el pasado esto pudo haber sido cierto, hoy incluso hasta entre los más recalcitrantes como España o Italia, la presencia de vinos extranjeros es amplia. Nunca como la local, por cierto, pero sí variada.
En Chile pasa lo mismo. Hasta hace unos diez años, lo que se bebía era sólo vino chileno. Pero la tarea pendiente de ofrecerle al consumidor local algo más que cabernet del Maipo o carmenere de Colchagua, poco a poco se logra con el trabajo de tiendas especializadas y también con la importación directa de individuales. Aunque siempre se puede mejorar y la cantidad de vinos a importar perfectamente puede ser infinita, lo que hay disponible hoy en el mercado criollo es sorprendentemente bueno.
Un estilo de vinos que, sin embargo, siempre ha estado presente hasta en los momentos más oscuros de mono-oferta vínica nacional ha sido el Champagne. Como saben, este estilo de espumante viene del norte de Francia, es una denominación de origen (es decir, nadie puede usar ese nombre más que los productores de la zona) y sigue siendo el gran referente cuando de burbujas se trata.
Desde los tiempos en que Deutz era importado por Cousiño Macul o cuando Veuve Clicquot lo traía la viña Morandé, e incluso antes, los consumidores chilenos han podido disfrutar de algunos de los mejores y más reputados espumantes de Champagne. El punto es que, claro, son vinos caros.
De acuerdo a Rodrigo Martorell, gerente de Premium Brands, una de las tiendas que trae estas marcas a Chile, el boom de los espumantes en general, también ha ayudado a mejorar el consumo de Champagne, y el precio es relativo. "Para nosotros, el precio para un producto de la calidad de Champagne nunca es caro, sino de alto valor", señala.
Premium Brands trae marcas clásicas en el mundo de las burbujas de Champagne, como la indispensable Krug, el "Rolls Royce" de los espumantes en el mundo, y también otras no menos rutilantes como Moët & Chandon, Ruinart o Veuve Clicquot. "Una de las acciones principales que hacemos en relación al precio de estos Champagne es implementar el 'verre du vin' (un sistema que preserva las burbujas en la botella) y que nos permite ofrecer por copa a un valor final que no es 'impagable' sino que más bien muy accesible", dice Martorell.
Actualmente, este sistema está en restaurantes como Rubaiyat, Carnal, Vietnam Discovery o Sarita Colonia. En este último se pueden beber Krug y Dom Pérignon por copa, lo que no está nada de mal, sobre todo si se piensa que un cuvée de Krug parte en los $95.000 y el Dom Pérignon, un clásico, cuesta $189.000 la botella.
Cavas Reunidas es otra de las empresas que trae Champagne a nuestro país. Actualmente, importan Deutz, Taittinger y Louis Roederer. "Es cierto que generalmente se trata de productos de precios altos, y eso se debe a su alta demanda, gran calidad y su limitada capacidad de producción", dice Juan Pablo Heinsohn, gerente de esta distribuidora.
Cavas Reunidas distribuye sus vinos a restaurantes y también a través de las tiendas El Mundo del Vino. Ellos creen que la educación es clave para que el público comprenda la calidad de estos vinos, y sobre todo la diferencia de estilos y también los distintos rangos de precios. En su catálogo, por ejemplo, tienen botellas que van de los $39.000 a los $199.000.
"Los consumidores que tienen la posibilidad de probar diferentes Champagne, de diferentes estilos y orígenes, se interesan cada vez más en estos productos. Y nosotros debemos estar preparados para responder sus legítimas consultas. En ese sentido, tenemos la suerte de contar con Héctor Vergara, nuestro master sommelier, para educar a nuestras fuerzas de ventas y también orientar al público", agrega Heinsohn.
Aunque la calidad de los espumantes nacionales ha mejorado una enormidad y también crece la oferta de burbujas españolas e italianas, entre lo que hay disponible en Chile los Champagne ganan por lejos. Claro que hay que pagar por ellos, pero a veces la relación precio-calidad es más que sensata.