La cocina brasileña no es bien conocida en Chile. Sólo la hemos comido buena (buenísima) en la sede de la Embajada brasileña en Santiago: la farofa que se nos sirvió, la verdadera farofa, fue una delicia, y no ese aserrín que espolvorean en el plato en algunos lugares. Y, por cierto, esa cocina es infinitamente más que "carnes a la espada".
Pues hete aquí que abrió en Nueva Costanera el Rubaiyat, que sirve feijoada los fines de semana y se especializa en carnes a la parrilla, pero con un nivel de calidad fuera de lo común. No todo es cocina típicamente brasileña; pero todo tiene un toque que lo identifica.
El lugar es grande, alto de más de dos pisos, bastante impresionante, con varios "acer japonicus" en su interior. El servicio es todo lo informado y atento que es de desear. Apenas llegados, se nos ofreció varios tipos de ricos pancitos brasileños con queso, unas croquetitas, unos bocados de carne con mostaza, un poco de carpaccio de calabacines y un trozo de focaccia al romero. Y después llegó el pan, en variedades para elegir. Aunque en la carta se menciona un servicio de panes que cuesta $2.000 por persona, todo lo anterior se nos ofreció gratis.
La carta trae, además de variados cortes de carnes a la parrilla, algunos platos propiamente guisados y acompañamientos. Para comenzar pedimos unas costillitas de chancho a la parrilla, marinadas en chimichurri ($8.000 los 6 trozos) y tan bien asadas a fuego lento que, sin esfuerzo alguno, desprendimos con cuchillo y tenedor la carne del hueso, que quedó mondo y lirondo. Una delicia, hecha con esmero. Y luego probamos unos ostiones a la parrilla con risoni al limón y mascarpone ($11.900), plato muy fino: los risoni son una pasta que se corta del tamaño de un grano largo de arroz, poco común en Chile.
De la parrilla probamos una entraña muy bien asada ($14.900), que llegó con una guarnición de perfectas papas souflées (este es de los poquísimos lugares en Santiago que sabe hacerlas) y tomate asado, más el acompañamiento pedido: un puré de papas trufado realmente estupendo ($5.900). Y también catamos un pulpo al horno con papa aplastada, tapénade y ensalada de berros ($14.500): pulpo blando, sabrosísimo. Postres: un quindim con chantilly de cachaza ($5.900), postre típico, que es un flancito de huevo mol, muy brasileño; una crème brulée sin tacha y un delicado flan de coco ($5.900 cada uno), ambos perfectos.
La carta de vinos es estupenda (hay un Chateau Haut Brion a $750.000, por si desea impresionar a alguien...), y un nivel de precios alto, pero con muchos vinos de calidad, chilenos y extranjeros, perfectamente al alcance.
Balance: restorán de primera categoría, cocina de alto nivel, sin reproche alguno. Estacionamiento relativamente fácil de noche. Se recomienda reservar, porque se llena.
Nueva Costanera 4031, Vitacura.
Teléfono: 2 2617 9800.