Es normal pensar en rosados. Por estas fechas, yo al menos lo pienso. Varias veces a la semana. Comienza a hacer calor. Los días -unos más y otros menos- piden bebidas refrescantes. Y si se trata de vinos, claro que el rosado cumple esa función.
Ojalá fuera solo idea mía. Los rosados, como estilo de vinos, no son tomados muy en serio. Ni por los consumidores ni tampoco -y lo que es más grave- por los productores. Y es así como por muchos años nos hemos contentado con vinos rosados de dudosa procedencia, sustancias viscosas (como el color de los jugos en sobre) que más que a frutas huelen y saben a azúcar residual.
El dulzor, por cierto, no es un tema menor. Por décadas nos han acostumbrado a que los rosados deben ser un poco "abocados" y vaya a saber uno quién inventó esa regla, aunque yo al menos presumo su origen: como nadie en realidad tomó muy en serio a los rosados, se les hacía con lo que sobraba, las uvas del montón o los tintos y los blancos de segunda, mezclados más o menos no más. Y a eso, se le agregaba dulzor que es el disfraz clásico para enmascarar falta de calidad.
Pero claro, las cosas cambian. Con toda esta tendencia de beber vinos menos alcohólicos y más frescos, los rosados parecen tener un nuevo aire y, poco a poco, los productores (chilenos y de todas partes en el Nuevo Mundo) comienzan a ponerles atención. Es un nicho. Un estilo que no hay que olvidar.
El primer índice de que las cosas están cambiando es, paradojalmente, el color. En el pasado, mientras más rojo era el vino, mientras más intenso el color (sin caer en el tinto, claro) mejor se consideraba. Un jugo en polvo. Hoy el modelo "Provence" (en el sur de Francia, desde donde vienen los mejores rosados del mundo) tiende a imponerse con sus colores poéticamente llamados piel de cebolla, es decir, mucho más suaves, mucho más cercanos al blanco que al tinto. Cosas de modas, claro.
Lo más importante, sin embargo, sucede con el vino en sí. Tomar en serio al rosado no solo significa mejorar la calidad de uvas o usar el sangrado (lo que sobra de un vino bueno) para embotellar el rosé de turno. Las cosas llegan hoy más lejos y los mejores exponentes de rosado en Chile se conciben desde el viñedo, cosa rara y completamente inusual hasta hace muy poco. ¿Qué significa esto?
Significa que las uvas tintas son tratadas como si fueran blancas ya desde la viña. Se les protege del sol cubriendo los racimos con follaje, se les cosecha temprano. Y en la bodega, se separan rápidamente hollejos (donde está el color) y pulpa para que adquieran ese tono a "cebolla" característico. En otras palabras, se hace un blanco con uvas tintas: el mismo protocolo. Nada de madera, puro frescor obtenido protegiendo la acidez y los sabores nerviosos del sol y con cosechas tempranas.
Que se protejan las uvas y que, además, se busque frescor de manera natural adelantando la cosecha, también implica que hay menos alcohol. Por lo general, los rosados tienen menos grado, pero el asunto es más evidente en la cosecha 2013, un año muy fresco en casi todo el Chile vitícola, que ha dado vinos rosados ligeros y refrescantes.
A pesar de todos estos cuidados, no hay que pedirles mucho a los rosados. No les pidan guarda, por ejemplo. Un buen rosado (pueden echarle un vistazo a la lista de los mejores, para más señas) permanece en estado óptimo hasta dos años después de su cosecha, quizás hasta tres, pero lo mejor es que los beban cuanto antes para apreciar mucho mejor su frescor. En el año de la cosecha, es ideal.
Y ya en términos de comida, el rosado es muy maleable. Puede ser un muy buen aperitivo, pero también puede ir muy bien con carnes suaves o con pescados grasos (sigo pensando en el que salmón al horno es un compañero perfecto para este estilo). Pero si vamos a irnos por lo clásico, los mariscos a la parrilla o, derechamente, la paella.
Los mejores rosados del mercado
* Apaltagua Rosé Carmenere 2013 Maule$4.890
* Baron Philippe de Rothschild Escudo Rojo Rosé 2013 Valle Central$8.990
* Bisquertt Escaping Rosé País 2013 Secano Interior$6.490
* Bodegas RE Pinotel Pinot Noir Moscatel 2013 Casablanca $8.500
* Calcu Reserva Rosé Malbec Syrah Petit Verdot 2013 Colchagua $5.990
* Cousiño Macul Isidora Rosé Cabernet Sauvignon 2013 Maipo$4.700
* De Martino Gallardía Rosé Cinsault 2013 Secano Interior$6.900
* Domaine de Manson Coironino Rosado Syrah Viognier 2010 Choapa$3.500
* Loma Larga Lomas del Valle Rosé Cabernet Franc 2013 Casablanca $6.990
* Maquis Maquis Rosé Malbec 2012 y 2013 Colchagua $9.990
* Miguel Torres Santa Digna Cabernet Sauvignon 2013 Valle central$5.990
* MontGras Pink Sin Zinfandel 2013 Colchagua $3.500
* Palo Alto Reserva Rosé Syrah 2013 Maule $3.500
* Tamaya Pink Goat Syrah malbec cabernet sauvignon 2013 Limarí $4.990
* Ventolera Litoral Rosé Pinot Noir 2013 Leyda $8.990
* Von Siebenthal Rococó 2012 Aconcagua $5.900
* Zaranda Rosado Cinsault 2013 Itata $5.000