De estilos de vinos podríamos hablar días completos. Y eso es lo entretenido de esta bebida: no solo es la cepa, sino que también la forma en la que se produce lo que cambia los sabores. Y para qué hablar del origen, que perfectamente puede transformar un vino por completo, dejándolo irreconocible.
Y si hablamos de estilos en tintos, el que hoy parece predominar es ligero, más bien suave, con un acento en la acidez antes que el dulzor y, sobre todo, bajo en alcohol o al menos que el alcohol no queme la lengua como usualmente pasaba en muchos vinos que se hicieron durante mucho tiempo en el mundo.
Así se podría resumir el concepto de “bebilidad”, tintos que se van rápido, vinos que uno no se da ni cuenta cuando ya la botella se ha acabado y aún quedan las ganas de pedir otra. Y ejemplos en el mundo, hay muchos. Como los beaujolais, en Francia, hechos con la técnica de maceración carbónica, que producen casi siempre vinos suaves, ligeros y perfumados. O el Valle del Loire y sus cabernet franc y pinot noir que uno se toma como juguito. O el frappato de Sicilia, al sur de Italia, o las mencías gallegas al norte de España. Vinos para tomar por bidones. Los franceses tienen una frase muy apropiada para este etilo de vinos: “vins de soif”, vinos de sed. Tal cual.
En Chile, ya lo dijimos la semana pasada, el pipeño es la alternativa para quitar la sed. Pero como el estilo de vinos bebibles se impone, poco a poco surgen alternativas amigables al paladar y compatibles con la primavera.
100% cepa paísLa Viña Miguel Torres ya había incursionado en el rescate de la cepa país con su espumante rosé Estelado, un vino fresco y perfumado que ha sido todo un éxito. Profundizando en esa búsqueda, ahora lo que viene en su catálogo es La Reserva del Pueblo cosecha 2012, un cien por cien país, hecho con el método de maceración carbónica que consiste, en forma resumida, en poner los racimos enteros en un ambiente anaeróbico (saturado de gas carbónico, por ejemplo) y dejar que los racimos fermenten. Así se obtiene un vino fresco y afrutado, muy suave.Este Reserva del Pueblo es precisamente eso. Con apenas 12 grados de alcohol, es un jugo de moras recién salido de la juguera. Suave, refrescante y simple, para servirlo bien fresco junto a la piscina y mejor si hay un choripán a mano.
Tinto refrescante y ligeroLa Reserva de Caliboro es el proyecto del Conde Francesco Marone Cinzano en el Maule. Y Erasmo, la mezcla tinta de cabernet, merlot y cabernet franc, es uno de los vinos más elegantes que existen en Chile. Sin embargo, el más nuevo integrante de su catálogo es Erasmo Barbera Garnacha 2013, un vino que no tiene mucho que ver con lo que antes había ofrecido esta viña.
La mezcla tiene un 65% de barbera, una cepa del norte de Italia que da vinos muy afrutados y frescos. El 25% es de garnacha, que en el sur de Francia da unos vinos para quitar la sed que están entre los mejores que yo haya probado. Además, tiene un 10% de cariñena, todo hecho de forma muy simple para ofrecer un vino que, a pesar de tener 14,1 grados de alcohol, es suave y refrescante, de cuerpo ligero. Otro tinto para la primavera.
Une de las estrellas de la temporadaLa Viña Ventisquero tiene uno de sus principales viñedos en la zona de Apalta, en el corazón del Valle de Colchagua. Y de ahí obtiene vinos imponentes en madurez y cuerpo, pero también el Grey GCM 2012. Cuando se lanzó el año pasado, fue una de las estrellas de la temporada.
Y todo por su estilo bastante poco tradicional. Mezclando variedades de corte mediterráneo como garnacha, cariñena y monastrell, crearon un vino refrescante y simple, de uvas cosechadas temprano, envejecido en barricas, pero todas viejas que sólo aportaron en textura pero no en sabor. El resultado es lo que se imaginan: un vino que se bebe por litros, y que lo único que pide es un buen asado como compañero.
Un vino simple y jugosoEl Beaujolais Nouveau es un producto de mercadeo. La idea es llegar con los vinos jóvenes (del año) lo más pronto posible al mercado, para que se beban hacia el otoño (en el hemisferio norte) o en primavera, por estos lado del mundo. Pero también es muy cierto que estos “nouveau” pueden llegar a ser vinos tan simples como jugosos. Y esa es la idea del “Nouveau” de Nativa, un syrah cien por cien de la cosecha 2013.
Aunque originalmente fue pensado para el mercado asiático, en Carmen han decidido dejar algunas cajas para el mercado nacional de un tinto que fue hecho más o menos la mitad con maceración carbónica. Y tienen que probarlo. Con la moral de un blanco (por lo suave, por lo fresco), es tenso en acidez; de los que hay que enfriar para acompañar la parrilla de pescados.
Un Syrah para prietasNo son buenos tiempos para el syrah, al menos en el mercado internacional. Los syrah australianos terminaron por saturar las góndolas con sus tintos súper concentrados y feroces en madurez. Y la gente se aburrió. Hoy, la marca syrah ya no vende como antes y se ha convertido en un dolor de cabeza para los productores de todas partes, chilenos incluidos.
Esto, claro, es una injusticia. El syrah puede producir vinos de una tremenda potencia y madurez (vinos como chocolates) pero también tintos suaves y frescos como el nuevo Villard Expresión Reserva 2012, un vino de la zona de Tapihue en Casablanca y que –otra vez, y como todos los ejemplos anteriores– es un jugo de esos que se beben con la facilidad de las buenas intenciones. Descorchen este syrah con prietas.