LAKU, DE REQUINGUA
Según el Gerente de Viña Requingua, Santiago Achurra, su nuevo vino top corresponde al gusto personal de él y del enólogo Benoit Fitte. Por esta vez, agrega, no pensaron en el mercado, sino que en lo que ellos gustaban.
Para encontrar ese gusto, seleccionaron siete barricas de entre las más de tres mil que hay en la bodega. Y con ellas crearon Laku cosecha 2008 cuya mezcla corresponde a un 60% de cabernet sauvignon de Sagrada Familia, en Curicó, un 20% de cabernet sauvignon, pero esta vez de la zona de Lolol, en Colchagua. La mezcla la completa un 20% de syrah curicano.
El vino estuvo 17 meses en barricas y el resultado de esta selección y mezcla de Fitte y Achurra es un vino de gran madurez, rico en notas confitadas, con un aporte de la madera que se siente bastante, pero que detrás esconde muchos sabores frutales en un vino de estilo internacional que gustará a los aficionados a los tintos potentes. Cuesta $35.000
LA NUEVA T DE TAMAYADesde el valle de Limarí, Tamaya es una viña que en sus comienzos se destacó por sus blancos, algo que resultaba obvio en una zona fresca y costera como en la que se ubican sus viñas. Sin embargo, poco a poco los esfuerzos de Tamaya se fueron concentrando en sus tintos, donde el syrah fue una de sus primeras apuestas. Lo cuasi insólito es que el carmenere fuera también una opción, sobre todo si pensamos en que esta cepa, tradicionalmente, se le ha relacionado con climas cálidos.
Claro que todo depende del carmenere que uno busque. Y el que buscan en Tamaya destaca por su "bebilidad" como lo demuestra el nuevo T Carmenère 2011, uno de esos vinos que se acaban rápido en la copa, y cuyas botellas también se vacían con la misma rapidez. Vinos bebibles como tanto nos hacen falta.
El T Carmenère es parte de la nueva línea T de Tamaya, que además la componen un crujiente y refrescante chardonnay 2011, un malbec maduro y potente de la misma cosecha, un syrah que sigue la tónica fresca del carmenere y un espumante hecho cien por cien con chardonnay y que hoy está entre los mejores de Chile. Cada uno de estos vinos cuesta $17.000 en tiendas especializadas y es una buena forma de ver lo mucho que ha avanzado esta viña, una de las fuerzas del vino nortino chileno.
LAS PIRCAS DE PÉREZ CRUZHace rato que, al menos yo, lo esperaba. Un cabernet algo más ambicioso de parte de Pérez Cruz, una bodega cuyos viñedos se encuentran en la zona de Huelquén, en el Alto Maipo. Todo lo que sale de ahí tiene el sello del lugar: más que malbec o syrah o, en este caso, cabernet sauvignon, a lo que huelen los tintos de Pérez Cruz es a mentol, a hierbas, acidez fresca, vinos nítidos en su sentido de lugar.
Dentro de ese contexto, el recién estrenado cabernet de Pérez Cruz, a pesar de su nombre rimbombante, muestra nada menos y nada más que su origen. El vino en cuestión se llama Pircas de Liguai Single Collection y es un cabernet 2010 de una selección de parras, de las más viejas del viñedo, plantadas hacia mediados de los años 90.
Va a costar alrededor de $21.000, lo que es bastante caro para un vino, pero en estos tiempos de precios disparados -como los egos de quienes los producen- no tanto como uno podría esperar, sobre todo si se trata de una de las fuentes más seguras de cabernet en Chile. Pircas es elegante, suave, fresco, rico en notas herbales. Se bebe fácil, pero también hay bastante decorado en el que fijarse. A los amantes de los cabernet recios y súper concentrados, yo les aconsejaría pasar esta vez, o quizás detenerse a probar uno de los cabernet más fieles a su lugar que hoy están en el mercado.