Tal vez más revelador que sus palabras fue el hecho de que el presidente del PC, Lautaro Carmona, entregara las conclusiones del último comité central de la colectividad acompañado no solo de la secretaria general, Bárbara Figueroa, sino también del dirigente Juan Andrés Lagos, rostro emblemático del ala más dura de la colectividad y uno de los marginados de la campaña de Jeannette Jara. Porque si algo quedó claro luego de la reunión partidaria del pasado fin de semana, es que el control del PC sigue firmemente en manos de Carmona y sus aliados. Todo indica que la “Jarastroica” —la idea de una renovación a partir de lo que fue la candidatura de Jara, con su intento por alejarse de posiciones históricas de la colectividad— tendrá que seguir esperando. Y no solo eso. Defraudando a quienes apostaban por que esta sería una instancia de recriminaciones hacia el timonel por su actitud durante la campaña —la abanderada llegó a quejarse de “falta de fraternidad”—, las versiones de prensa indican que ni siquiera los miembros de la disidencia levantaron el tema. Y es que la contundente derrota sufrida en la segunda vuelta presidencial por Jara —quien no asistió a la reunión— golpeó tan duramente a su sector interno, que lo dejó sin posibilidades de desafiar a Carmona.

El timonel comunista, por su parte, ha protagonizado en estos días una arremetida mediática en la que ha buscado instalar su lectura de lo ocurrido. Así lo hizo en una entrevista con “El Mercurio”, el sábado, en la que delimitó drásticamente las responsabilidades del PC y su directiva. Según él, el partido “llegó, con su identidad, a la primaria” del oficialismo, y en esa contienda alcanzó una resonante victoria, con el 60% de los votos. En cambio, de lo que vino después —es decir, la drástica modificación del programa original de Jara, la llegada al equipo de nuevos asesores provenientes de la centroizquierda y la salida de otros, como el propio hijo de Carmona— marcó completa distancia. “Ni la conducción del comando fue del Partido Comunista, ni el programa fue del Partido Comunista”, resumió.

En tanto, en otra entrevista, publicada por “El Siglo”, hizo notar un punto que ha de ser doloroso para el equipo de Jara: el que esta, en la primera vuelta presidencial, sacó menos votos que las listas parlamentarias oficialistas. “Eso implica que en primera vuelta podríamos haber obtenido cerca del 34% (Jara obtuvo el 26,8%) si la votación entre las dos elecciones hubiera sido similar, es decir, habríamos podido sacar una ventaja de casi diez puntos (sobre Kast) y eso generaba otra condición para la segunda vuelta. ¿Qué pasó ahí con el trabajo de campaña, con el desempeño de los partidos?”, se preguntó, para rematar: “no es una crítica, es una constatación de un hecho”.

Por contraste, en la misma conversación con “El Siglo”, el timonel expresó su satisfacción por los resultados del partido en la elección parlamentaria, donde logró elegir 11 diputados —en 2021 había elegido 12, pero dos abandonaron luego la bancada— y una nueva senadora, Karol Cariola. Es cierto que esta última pertenece a la llamada “disidencia” y que cercanos a Carmona, como Hugo Gutiérrez y Carmen Hertz, se perdieron. Sin embargo, en el caso de los diputados, se estima que unos 8 pertenecerían a la línea del timonel. El dirigente no mencionó esos cálculos, pero sí destacó la alta elegibilidad que tuvieron las cartas comunistas —del 50%, pues solo llevaron 22 candidatos a la Cámara— para luego afirmar: “tenemos un buen balance”, marcando de nuevo una diferencia con el resultado presidencial.

Con todo, tal vez la estocada más dura propinada por Carmona a sus adversarios internos haya sido la contenida en otra parte de su entrevista con “El Mercurio”, al preguntársele por el futuro de Jeannette Jara y si esta podría catapultarse como una líder del PC. “El PC es un partido político y no un frente que necesite liderazgos”, dijo, luego de recordar que lo que existe en el Partido Comunista es una “nomenclatura” elegida por el congreso partidario, lo que, insistió, no da lugar a liderazgos. Qué futuro pueda tener Jeannette Jara en esa nomenclatura —un término que, como se ve, no murió junto con la Guerra Fría— es hoy una pregunta de respuesta incierta.