Señor Director:

Tras la segunda vuelta presidencial, me llamó la atención un contraste simbólico en las imágenes de la noche electoral.

En el comando de Jeannette Jara se destacaban banderas asociadas a diversas causas e identidades, tales como la diversidad sexual y de género, los pueblos originarios, entre otras. En cambio, en el comando del Presidente electo, José Antonio Kast, predominaba la bandera chilena.

A partir de ello, cabe preguntarse qué está convocando hoy a cada sector: ¿la suma de identidades particulares o un símbolo común que nos incluya a todos? Si aspiramos a una convivencia democrática más sólida, conviene recuperar un lenguaje compartido de país, para que las diferencias no se conviertan en bandos irreconciliables.

Más que celebrar banderas distintas, urge reencontrar una casa común.

Elisa Cortés P.